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Falsos, falsetes

Nueve mitos sobre el control de natalidad

Sacamos a la luz las falsas creencias que rodean a las diferentes soluciones y tratamientos para no quedarte embarazada.

Mujer con píldora

Mujer con píldoraiStock

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Los beneficios de utilizar un sistema fiable de control de natalidad son muchos si se sigue al pie de la letra su manual de uso y disfrute. Pero, desafortunadamente, también son muchos los mitos que rodean a estos tratamientos y que consiguen generarnos dudas y miedos innecesarios. Desacreditamos los más comunes, para tu tranquilidad.

1. “Engordé cuando empecé a tomar la píldora”

Es completamente normal que te preguntes cómo un nuevo medicamento puede afectar a tu cuerpo, pero no te preocupes. Los expertos aseguran que no hay evidencia real que sugiera que la píldora para el control de la natalidad cause un aumento de peso por sí misma. Es cierto que hay casos fluctuaciones de peso, pero habitualmente vienen acompañados de otros factores externos que señalan a los cambios en el estilo de vida o al aumento del estrés como principales culpables.

Muchas mujeres jóvenes comienzan a tomar la píldora poco después de la pubertad o cuando empiezan la universidad, dos momentos en su vida en el que es más que probable que suban de peso. Aunque sí hay una excepción notable, y es la de la vacuna anticonceptiva Depo-Provera, con la que la mayoría de las mujeres aumentan tan solo unos cuantos kilos al usarla, mientras otras pueden ganar más.

2. “Si me tomo la píldora o uso el anillo, no tengo que preocuparme por las ETS”

Lo normal es que tu médico ya te haya quitado de la cabeza este mito antes de que empieces con cualquiera de estos métodos de control de la natalidad, porque es importante. Solo los métodos anticonceptivos de barrera, como los condones y los diques dentales, son efectivos para reducir los riesgos de contagio de enfermedades de transmisión sexual. Si te estás acostando con diferentes personas, es fundamental que entiendas y que planifiques esto con antelación.

3. “Las píldoras anticonceptivas no son para mí”

¡No tires la toalla! Algunas mujeres experimentan efectos secundarios como el sangrado intermitente con un tipo de píldora, y ninguno con otra. Afortunadamente para nosotras, las píldoras anticonceptivas no son talla única, existen diferentes combinaciones. Se trata de probárselas hasta encontrar la que mejor te sienta.

Las píldoras se componen habitualmente de estrógeno y progestina, o únicamente de progestina, e incluso dentro de esos dos tipos principales hay variaciones en la fórmula. En términos generales, lo ideal es probar una píldora de una familia diferente si no te gusta cómo te sienta la primera que utilizaste y quieres seguir usando este método. Acertar a la primera es complicado. Tu médico te guiará en esta singular prueba y error hasta que encuentres la píldora perfecta para ti.

4. "Es imprescindible tener el período todos los meses"

El veredicto de los expertos lo deja claro: no es médicamente necesario tener el período una vez al mes. Si bien existe cierto debate entre profesionales sobre por qué interrumpir el uso de las píldoras para dar lugar al sangrado todos los meses. Por un lado están los que intentarían que el Papa lo aprobara (a buen entendedor…), y por otro los que aseguran que el propósito es ayudar a las mujeres a saber que no están embarazadas. Lo que está claro es que de una manera o de otra acabamos haciéndolo, incluso aunque no lo necesitemos.

En el plano científico, cuando tomas la píldora anticonceptiva combinada, la parte de progesterona se encarga de proteger el revestimiento uterino de un crecimiento excesivo de tejido, por lo que el útero realmente no necesita deshacerse de él a menos que tú quieras. Por lo tanto, el sangrado mensual no es técnicamente un período real.

El único riesgo de saltearse la semana del placebo o de solapar la toma de pastillas es quedarse sin recetas demasiado rápido. Sin embargo, hoy en día los médicos no tienen problema en darte las recetas necesarias para varios meses si así lo deseas, o incluso pueden recetarte una píldora que haga que tengas menos períodos al año.

5. “A largo plazo afectará a mi fertilidad”

Si esto es lo que te preocupa, leer esto te relajará. ¿Sabes por qué tenemos que tomar una píldora anticonceptiva todos los días? Porque no tienen efecto de larga duración. Nuestro cuerpo metaboliza y descompone las pastillas, y esta es la razón por la que tenemos que volver a tomarlas al día siguiente. De manera similar, el DIU o el anillo dejan de funcionar inmediatamente cuando se extraen.

Si has escuchado historias para no dormir sobre mujeres que luchan por concebir después de estar bajo un control de natalidad durante años, lo más probable es que haya otros factores en juego por los que no consigan quedarse embarazadas. Por un lado, podría ser la edad. Si comenzó a tomar la píldora a los 20 y quince años después, a los 35 años, está tratando de quedarse embarazada con dificultades, en realidad puede ser causa de un envejecimiento biológico, y no del uso de la píldora.

De forma similar, si tomó la píldora para regular períodos o tratar problemas de ovulación como el síndrome de los ovarios poliquísticos, lo normal es que encuentre que su cuerpo vuelve al punto de partida cuando deje de tomarla para intentar quedarse embarazada, y que por esta razón le cueste.

6. “Si no tomo la píldora todos los días a la misma hora, puedo quedarme embarazada”

El uso consistente es fundamental cuando se trata de anticonceptivos orales, pero en realidad no necesitas programar el despertador en el mismo minuto todos los días (a menos que seas muy olvidadiza). Existe un margen diario de varias horas para la píldora combinada, y de una o dos horas para la de progestina. En la píldora combinada, incluso puedes omitir un día por error, siempre y cuando la tomes al día siguiente en cuanto te acuerdes, y aún así estar protegida.

No obstante, estas ventajas son deben servirte de excusa para descuidar el uso de este método de control de la natalidad, pero sí un buen recordatorio para no entrar en pánico si te despistas un poco.

Píldora anticonceptiva
Píldora anticonceptiva | iStock

7. "Al final sale demasiado caro"

No hay duda de que cualquier tratamiento para controlar la natalidad sale más caro que la marcha atrás, pero también es más efectivo. Cualquier compañía de seguros abogaría por la rentabilidad de recurrir a la píldora como garantía ‘antibaby’, pues la alternativa, es decir, un posible embarazo no deseado, siempre va a ser más cara.

A pesar de que estos métodos no están cubiertos por la Seguridad Social, existen en el mercado numerosas marcas y genéricos cuyos precios son visiblemente más bajos y asequibles para la mayoría de los bolsillos. También existen asociaciones sin ánimo de lucro y centros de planificación familiar que pueden ayudarte a encontrar una mejor solución para ti, si tu economía no te lo permite.

8. "Ponerte un DIU duele mucho"

Ok, si bien la inserción del DIU no es exactamente una experiencia agradable, tampoco es la prueba traumática de la que has oído hablar. Actualmente se usa una crema anestésica para las inserciones, y si hablas con tu médico sobre tus miedos por adelantado, es posible que hasta puedan recetarte un analgésico más fuerte o un medicamento contra la ansiedad. No permitas que el miedo al dolor te impida obtener la protección que deseas.

9. "Solo lo necesitas si no quieres quedarte embarazada”

Hay tantos beneficios médicos asociados al control de la natalidad que es difícil enumerarlos todos, pero vamos a intentar nombrar los más importantes para romper el mito de que los métodos de control de natalidad solo son útiles para no quedarte embarazada. Estas son las ventajas, aparte de la obvia: conseguir reglas más ligeras, menos dolorosas y más regulares, reducir los cólicos, tener una piel más limpia, corregir la endometriosis e incluso como tratamiento potencial para determinados pre-cánceres. Todos estos factores son dignos de consideración, incluso si la prevención del embarazo no es lo más importante para ti.

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