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¿Cómo gestionar un embarazo adolescente?

Un embarazo en esta etapa de la vida va a generar crisis en la familia y un vaivén de sentimientos. Abordamos el tema.

Embarazo adolescente

Embarazo adolescenteiStock

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Según el INE, en 2018 hubo en España 43 nacimientos de niñas que fueron madres con 15 años o menos. Hubo 62 nacimientos de madres de 16 años y 99, de madres de 17 años. Todos los expertos están de acuerdo: la única forma de evitar embarazos en la adolescencia es dar a nuestros jóvenes una correcta educación sexual, hablar sobre el tema sin cortapisas, cosa que no se hace porque lamentablemente, y aunque hayamos avanzado, el tema sigue siendo tabú.

Una vez que llega el embarazo en esta edad, ¿cómo debemos abordarlo? ¿qué decir al adolescente? ¿qué problemas nos vamos a encontrar? “Los principales problemas, aparte de los que puede haber físicos, son los psicológicos y sociales. Un embarazo adolescente en una familia puede acarrear una situación de crisis. En esos momentos surgen fases de ira, incomprensión, culpa e incluso negación. Por ello, es muy importante crear empatía y que cada miembro entienda la postura del otro y haya una comunicación sincera y constante. Los padres deben estar predispuestos a hablar con su hija para que se sienta comprendida. Ella también puede sentir miedo, ansiedad y depresión”, explica la sexóloga María Torre. “Hay que tener en cuenta que los padres y madres adolescentes sufren una serie de consecuencias importantes como no terminar los estudios, problemas de aprendizaje, de inserción laboral y rechazo social. Son juzgadas y juzgados por sus compañeras/os y por el círculo social en el que se mueven. Puede también repercutir en su crecimiento erótico sexual. Esto no quiere decir que no puedan alcanzar sus objetivos profesiones y personales, pero será un camino más arduo”, añade.

Hay varios aspectos, de acuerdo con la experta, que habría que tener en cuenta:

Adolescente embarazada
Adolescente embarazada | iStock

- La causa del embarazo. “Según la que sea, será necesario acudir a un profesional para que nos oriente, más allá de lo estrictamente médico, es aconsejable recurrir a una psicóloga especializada para ayudarnos a gestionar la situación en el entorno familiar.

- Qué dudas le han podido surgir y no hemos solucionado. “No hay que pensar que ya es tarde porque esté embarazada, sino que es un proceso largo donde toda la familia va a crecer y aprender”.

- Valorar todas las opciones y ser francos con nuestros adolescentes. “Ver cuál es la medida que mejor se adapta al caso, si decide tener al bebé, abortar, darlo en adopción... qué supone cada una de ellas, cómo les va a repercutir y tener toda la información para que ella junto con el acompañamiento de sus padre decida. En el caso de que decida tener el bebé, debemos fomentar la vida sana y activa y así como informarnos de todos los cuidados necesarios. También se deberá prestar especial atención a las clases de preparación al parto, adaptarlas a su situación y poner énfasis en todo lo que debe aprender sobre los cuidados que necesitará para ella y el futuro bebé”.

- No debemos marcar esta etapa o situación como un pasaje negro en su vida. “Debemos naturalizarlo y apoyarla. Es cierto que su futuro se va a ver modificado, pero debemos mantener los valores con que la estamos educado y brindarle el apoyo para que no se olvide de sus metas tanto en el terreno profesional como en el personal”.

Lógicamente, no es lo mismo un embarazo a los 15 que a los 17 años: “Un cuerpo de 15 años puede ser fecundado, pero no está lo suficientemente desarrollado. Un embarazo a esta temprana edad puede tener consecuencias físicas y psicológicas tanto para la gestante como para el bebé. Puede suceder que surjan complicaciones durante el parto, problemas congénitos y de desarrollo en el feto y no debemos olvidar los sociales. En cuanto a la madre, ésta también puede sufrir problemas físicos como por ejemplo en la pelvis, ya que aún no está preparada para un parto. Los partos suelen ser más largos y dolorosos y a causa de no haber alcanzado en ese momento la madurez necesaria las recuelas psicológicas y sociales también son importantes. Cuanto mayor es la adolescente, estos riesgos se van modificando y disminuyendo, pero hay que prestar atención a la etapa en la que se encuentran y la madurez que tengan, porque la edad en algunos casos puede ser simplemente orientativa”, explica.

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