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Sexo hogareño

Cómo fabricar juguetes sexuales caseros de forma segura

No todos los juguetes para disfrutar en pareja o en solitario se tienen que comprar en una tienda erótica, de hecho, nuestra casa se puede convertir en toda una experiencia sexual si sabemos qué utilizar y cómo. El límite del juego: tu imaginación.

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Muchas veces nos complicamos la vida comprando cosas que nos cuestan una pasta y que al final lo utilizamos una o dos veces, porque “ya han perdido la gracia”, no les encontramos más utilidad o nos aburrimos y buscamos cosas y/o juegos nuevos. Lo que no nos damos cuenta es que nuestra propia casa es una tienda de juguetes eróticos en potencia, eso sí, es importante que tengamos en cuenta algunos consejos y recomendaciones para que sean seguros.

Hagamos un tour fuera de la habitación para daros ideas y ordenar las recomendaciones. Empecemos por la cocina. La propia comida puede convertirse en unos dildos improvisados muy interesantes: frutas, verduras, embutidos… y todo lo que veamos con forma fálica. Eso sí, ponle un preservativo a todo lo que te vayas a meter y/o rozar con las zonas sensibles como los genitales o el ano. De hecho, uno de los dildos más antiguos es el plátano o la banana, y uno de los trucos que os podemos dar es que si calientas 10 segundos la banana verde (cuanto más dura mejor para que no se deshaga) en el microondas y luego le pones un preservativo, tienes un juguete calentito por menos de un euro en casa.

Ventajas de usar frutas como zanahorias, berenjenas, calabacines: la medida la puedes hacer a tu gusto, si un día te apetece pequeñita la pelas más, y si la prefieres más grande vas con ojo a la frutería. Como dato a tener en cuenta, si vamos a hacer juguetes con frutas, ninguna de estas formas fálicas es recomendable para juego anal en solitario, pues nos podemos ver envueltas en situaciones complejas de explicar en un hospital. Y hablando de comida, todo lo que sean dulces, chocolate… es decir, el foodporn, es genial, pero cuidado con los azucares en los genitales, en concreto en la vulva.

Todo lo que es sección cocina y madera, está muy bien para dar azotes, pero “no te pases si eres primeriza. No cojas la tabla de cortar más gorda que tengas por casa. Empieza por algo finito que lo puedas manejar mejor y que pese menos para que duela menos el impacto, o empieza mejor por una cucharita de madera”, nos recomienda la sexóloga experta en BDSM Norma Ageitos. Pero no vale cualquier tipo de madera. ¿En estos casos qué hay que tener en cuenta? “Mejor si la madera está barnizada si se utiliza para zona genitales o alguna otra zona con otro tipo de fluido corporal. Pero, aunque esté barnizada nunca se puede asegurar la limpieza total, porque es un material poroso”, puntualiza Norma. Así que puede que luego no lo puedas utilizar para trocear el queso de nuevo.

Y es que la cocina da para mucho juego, por ejemplo puedes llegar a utilizar hasta un mortero, lo que se utilizaba antes para picar, para crear un masajeador o usarlo como plug anal. Y los hay de madera y de piedra. Un reloj de cocina se puede convertir en un reto: “Si te corres en menos de X tiempo pierdes”. Entre otros ejemplos varios.

Pasemos ahora al cuarto de las herramientas, aunque también puede ser el cajón de los utensilios o derivados. Pongamos que quieres jugar a amordazar a tu pareja y no tienes mordaza en casa. Cuenta la leyenda que la gente antes usaba las pelotas de golf; un objeto más blandito podría ser una pelota anti stress, pero hay que tener cuidado con que no se deshaga. ¿Qué es lo importante al construir una mordaza? “Que se ate alrededor de la cabeza de manera que el objeto nunca pueda ser introducido del todo en nuestra boca, ni tragado. Por ejemplo, lo de las bragas metidas en la boca siempre suena muy erótico, pero tienen sus riesgos, especialmente cuando las bragas no se sujetan desde fuera para asegurar que no haya un atragantamiento”, recomienda Ageitos.

Si te va algo más duro, tienes las pinzas de la ropa que te las puedes poner por todo el cuerpo, pero “Las pinzas hay que ir probándolas poco a poco y tener en cuenta que cuando te las quitas es cuando duelen de verdad”, nos recuerda Norma.

Y luego están las típicas chorraditas que seguro que tienes en casa, como candaditos que puedes atar a unas pulseras resistentes o unas bridas. Ambos pueden servir como esposas, eso sí, “Si usas las bridas hay que tener unas tijeras de punta redonda o incluso mejor si son ortopédicas para no acabar cortándote cuando las retires”, añade Ageitos.

Recordad que también los juegos “de toda la vida” se pueden convertir en juegos eróticos. Los típicos dados nos pueden servir para apostarnos cosas, fingir que estamos en un casino, entre otros ejemplos. Y por ultimo, todos los juegos que tenemos en casa tienen la versión strip, porque no solo el póker puede ser strip, todos los juegos pueden serlo.

De hecho, pasadas las navidades puedes hasta reciclar regalos no tan deseados, como esa bufanda fea que te ha regalado tu suegra o tu prima, que puede ser maravillosa para atarse porque “Contiene restricción y humillación todo en pack”, añade Norma.

Toda nuestra casa es un juego. Podemos jugar a ponernos roles diferentes dentro de la casa, desde los personajes típicos tópicos del fontanero, la secretaria, el jefe… que se pueden escenificar con pocos recursos, hasta los personajes más currados que se os pasen por al cabeza. Como siempre, insistimos que el límite lo pone vuestra imaginación.

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