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Y disfruta a tope

Cinco posturas para no parar de hacerlo

Si disfrutas casi más de los besuqueos previos que del sexo en sí mismo, prueba estas posturas que mezclan lo mejor de ambos mundos.

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Un buen beso de película (pero de película X) puede conseguir cualquier cosa a nivel biológico. Es capaz de excitarte hasta el punto que de alguna manera estarás evaluando la compatibilidad genética con tu pareja, pero te encanta porque tu cuerpo responde con todo tipo de sensaciones y escalofríos cuando te calientas besando apasionadamente a alguien que realmente te gusta, tanto que no quieres parar de hacerlo. Entonces, ¿por qué no introducir un poquito de ese pinchazo en la espina dorsal mientras tienes relaciones sexuales en la postura perfecta? Aquí tienes cinco para probarlo.

La cama de los amantes

La posición más íntima y dulce en pareja que puedas hacer con tu pareja es acostaros los dos lado a lado, con las piernas y los brazos envueltos uno alrededor del otro, explorando vuestros cuerpos con besos lentos y profundos, subiendo de vez en cuando para compartir una mirada de "joder, estoy tan dentro de ti". Pero en lugar de quedaros así para la eternidad, dad un paso adelante y lanzad un vibrador o un juguete ahí abajo para tener una posibilidad aún mayor de orgasmo.

Ven aquí, bombón

Siéntate en el borde de una mesa (una encimera, una lavadora, una billar) y utiliza las piernas para acercar a tu pareja y empezar un ritual de besos cada vez más intensos sin abandonar en ningún momento el contacto total pecho con pecho. Has visto esta postura en millones de películas románticas por una única razón (aunque no siempre sea explícita en pantalla): el sexo es espectacular y siempre tienes ganas de más.

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No te desnudes todavía

¿Recuerdas esos primeros magreos adolescentes, cuando te enrollabas con tu noviete del instituto a escondidas y os subía la fiebre del calentón? La excitación era adictiva y llevabas la ropa puesta, ¿verdad? Pues vamos a recrearlo. Pídele a tu pareja que no se desnude y reprimid las ganas que tenéis de sentir el cuerpo del otro mientras os besáis y os apretáis desesperadamente. Se trata de aumentar el deseo sin quitaros la ropa interior, de hacerlo incluso medio vestidos si queréis para mantener las ganas, como a los 17.

Bésame tonto

La postura del loto (ella sentada a horcajadas sobre él, que permanece abajo, también sentado y con las piernas envolviendo tu cuerpo, frente a frente) es un clásico para todas las parejas que adoran el sexo más íntimo, porque pueden pegarse el uno al otro todo lo que deseen. Además, obliga a hacer movimientos muy lentos, lo que facilitan que algunas mujeres lleguen al orgasmo repetidas veces. Si no lo has probado nunca, cuando lo experimentes no querrás parar de hacerlo.

El regazo ‘deluxe’

Mientras él está sentado en su silla y tú te subes a su regazo, muévete a tu ritmo e intercala la penetración profunda con movimientos lentos y besos delicados pero excitantes. Marca una línea desde la mandíbula hasta la oreja. Una vez susúrrale cosas bonitas… o sucias. Tú decides. Déjate algo puesto para aumentar el deseo y las ganas de repetir, unas botas altas o la camisa qué hace un rato él llevaba puesta. Y prepárate para galopar como una auténtica amazona, una y otra vez.

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