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GUÍA BÁSICA

La biblia de la vagina: claves para distinguir datos de fake news

Ante la avalancha de desinformaciones y fake news, te ayudamos a diferenciar realidad de ficción de algunos hechos sobre de la vagina.

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Vivimos en una época en la que tiene más credibilidad un ‘influencer’ que un experto en la materia. Nos fiamos más de una ‘celebrity’ que de un científico, y muchas veces cuesta diferenciar qué informaciones son ciertas y qué consejos debemos tener en cuenta.

Jen Gunter, ginecobstetra y experta en salud acude al rescate con un libro que surge con el objetivo de desmentir falsos mitos. “Me he propuesto una misión: empoderar a todas las mujeres con información y datos veraces relativos a la vagina y la vulva”, asegura la autora de ‘La biblia de la vagina’ (Ed. Libros Cúpula), una de las ginecólogas más reconocidas del mundo.

Abrimos las páginas de este viaje ameno y riguroso por las realidades de la vulva y la vagina, para desmentir algunos de los bulos más extendidos y desvelar, de una vez por todas, los misterios que se esconden ahí abajo. Toma nota.

1. La vagina es capaz de mantener bajo control las bacterias nocivas gracias a su mucosa. “Las células muertas que flotan en la vagina hacen la función de señuelo. Son las primeras en recibir a las bacterias patógenas (potencialmente perjudiciales). Si esas bacterias se adhieren a las células muertas que fluctúan en libertad, abandonan el cuerpo en forma de flujo vaginal”, apunta Gunter.

Genitales
Genitales | iStock

2. El clítoris posee una sola función: el placer sexual. Es la única estructura de todo el cuerpo humano diseñada exclusivamente para el disfrute. Su menosprecio tiene un origen histórico. “La macho explicación ha impregnado la medicina desde sus comienzos”, señala la experta. “Buena parte de los antiguos galenos apenas sabían cuál era la función del clítoris y es probable que le restaran importancia, un hecho que contrasta sobremanera con la gloria anatómica del pene. Cuando los antiguos facultativos se dignaban a tenerlo en consideración, el clítoris se consideraba la versión femenina del pene. Pero inferior”. Según las informaciones que la ginecóloga ha podido recopilar para su libro, no fue hasta finales del siglo XVII cuando las descripciones de la anatomía femenina, incluido el clítoris, empezaron a ser más exactas. Pero los avances fueron lentos, pues la salud femenina, especialmente la salud sexual, siguió considerándose poco o nada relevante debido a la opinión que la sociedad tenía de las mujeres.

3. No, el ajo no sirve para evitar los hongos. El ajo contiene alicina y, en el laboratorio, no ha demostrado ninguna propiedad antilevaduras. “Para liberar la alicina hay que machacar el ajo y la mera idea de introducirme un diente troceado en una mucosa vaginal inflamada me induce a cruzar las piernas. No tenemos ni idea de si el ajo cura, daña la mucosa o acaba con las bacterias beneficiosas, así que cíñete a los tratamientos científicamente probados”.

4. La píldora anticonceptiva no engorda. Varios estudios han demostrado que no hay relación entre la toma de la píldora anticonceptiva y un peso más elevado. Se llegó a comparar a un grupo de mujeres que empezaba a tomar la píldora anticonceptiva con otro que había optado por el DIU, y ambos grupos ganaron la misma cantidad de peso. “Tal vez la nueva situación vital asociada con la elección del nuevo contraceptivo nos haga ganar unos kilos, pero no la píldora”, puntualiza Jen Gunter.

5. Ojo con la cándida. La propagación de las levaduras al torrente sanguíneo, que en medicina se conoce como levaduras sistémicas, puede llegar a ser fatal sin un cuidado médico urgente y agresivo. “La cándida es el Emmanuel Goldstein (el personaje de 1984, de George Orwell) de la industria del bienestar, que aparece por todas partes para sembrar el caos. No te creas lo que se dice por ahí”, recuerda la autora.

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