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Medicación

¿Realmente debes tener cuidado con el ibuprofeno?

El ibuprofeno y el paracetamol han sido los medicamentos estrella de este confinamiento, esos básicos que todas tenemos en casa pero que a menudo no sabemos bien cómo, cuándo y en qué medida utilizar.

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El ibuprofeno pertenece al grupo de medicamentos conocidos como antiinflamatorios no esteroides (AINE) y actúa como antiinflamatorio, analgésico o antitérmico, de manera que su uso debería limitarse, en palabras del farmacéutico Guille Melgar, autor del blog Farmaciaenfurecida.com, “A la existencia de una inflamación, ya que este medicamento inhibe la enzima COX, responsable de dicha inflamación y, por tanto, del posible dolor asociado a ella”. Su uso está recomendado en casos de dolor leve y moderado.

El farmacéutico señala que, en líneas generales, se suele hacer un mal uso de un medicamento que debería tomarse siempre de forma puntual, nunca durante más de dos o tres días y en principio únicamente en la versión de 400 g y no en la de 600 g, salvo prescripción médica. “Es importante entender que tanto los antiinflamatorios como los analgésicos, del tipo que sean, deben consumirse durante periodos de tiempo cortos, ya sea por un dolor muscular, de espalda, de articulaciones tras un golpe o caída, dolor menstrual, de cabeza, o cuando estamos incubando una gripe y sentimos cierto malestar durante unos días, pero nunca deben tomarse durante más de dos o tres días. Si las molestias persisten, es fundamental consultar con un especialista para descartar cualquier otro problema”, explica Melgar.

No tiene sentido, pues, auto medicarse a discreción aprovechando que el ibuprofeno de 400 g se vende sin receta, ya que su uso indiscriminado no solo puede estar enmascarando otras patologías, sino que además puede tener consecuencias diversas sobre nuestra salud. “El consumo de ibuprofeno puede causar molestias gatrointestinales, algo bastante frecuente, e incluso problemas en el riñón que pueden derivar en subidas de presión, entre otras cosas”, señala el farmacéutico. Para evitar los habituales trastornos estomacales asociados al consumo de ibuprofeno es fundamental tomarlo siempre con el estómago lleno, y en personas sanas no es necesario acompañarlo de protectores de estómago siempre que se consuma puntualmente.

Mujer con dolor
Mujer con dolor | iStock

“Si tomamos de forma puntual un ibuprofeno por cualquier molestia no es necesario usar protector siempre que nos aseguremos, y en esto es importante ser muy rigurosos, de que lo consumimos con el estómago lleno. Si lo vamos a tomar durante más tiempo por prescripción médica, entonces sí que es interesante valorar la opción de acompañarlo de protectores de estómago”. Melgar señala que cuando tomamos ibuprofeno por problemas dentales, por ejemplo, generalmente por extracciones o endodoncias, sí que habría que plantearse la necesidad de tomar además protector, “Ya que generalmente comemos menos al sentir molestias en la boca y eso puede hacer que el medicamento actúe de forma más agresiva en las paredes del estómago”.

En cuanto a la cantidad, los ibuprofenos de 400 g se venden sin receta y para los de 600 g se requiere receta médica, pese a que durante mucho tiempo se han suministrado sin ella sin mayor problema. “En realidad el resultado es prácticamente el mismo, pero mucha gente prefiere tomar el de 600 g sin saber que su consumo entraña más riesgos y que apenas si van a notar la diferencia”. El precio es otro factor que hace que muchas personas se decanten por el de 600 g, ya que “cuesta más un ibuprofeno de 400 g sin receta que uno de 600 g con ella, aunque este no debería ser en ningún caso un motivo para escogerlo”, señala Melgar, que insta siempre a ser precavidos para no poner en riesgo nuestra salud.

La recomendación en adultos sanos siempre es no superar la ingesta de 400 g de ibuprofeno tres veces al día. Si el dolor persiste, siempre se puede alternar con el consumo de paracetamol, que debería ser de 650 g, pese a que muchas personas tienden a apostar por el de 1 g. Para saber si optar por ibuprofeno o paracetamol, es importante tener en cuenta que el ibuprofeno se prescribe, como decíamos, siempre que hay inflamación, mientras que el paracetamol se usa como analgésico pero no como antiinflamatorio.

Además, el paracetamol se metaboliza a través del hígado, mientras que el ibuprofeno lo hace a través del riñón, de manera que conviene optar por uno u otro dependiendo también de si existen patologías previas. Por tanto, aquellos que tienen problemas hepáticos deberían evitar el paracetamol, del mismo modo que los pacientes con nefropatías deberían mantenerse alejados del ibuprofeno.

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