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TE DA MÁS ENERGíA QUE CUALQUIER OTRO PRODUCTO, DICEN

La última tendencia que arrasa en los gimnasios: beber leche materna

Desayunar atún en lata a palo seco, beber extraños batidos de proteínas y comerse un plato de pasta a las doce de la mañana son cosas que hemos visto hacer en algún momento a nuestros allegados cachas. Eso es pasado. La última tendencia entre los musculitos es... ¡beber leche materna que compran por Internet!

 

cachas

Esta fuerza sólo se consigue a base de leche materna. Cocinatis

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Parece una broma, pero es cierto. La compraventa de leche materna es ya una realidad, muy arraigada en algunos países como Estados Unidos y Argentina. ¿Cómo empezó la sinrazón? Pues parece ser que fue Anthony, un atleta neoyorquino, uno de los primeros en confesar públicamente que para obtener fuerza, energía y (sic) virilidad bebía a diario leche materna que le compraba a su vecina. Lo hizo en una publicación local de Nueva York, sin importarle hacer público su secreto pese a que en Estados Unidos la venta de leche materna no está regulada por la ley, a diferencia de la de semen o la de sangre.

Desde que Anthony se decidiese a confesar su secreto para mantener su tabletita de chocolate intacta, el consumo de leche materna ha ido a más en los gimnasios, y ya existen páginas web donde puede adquirirse (www.onlythebreasts.com). Anthony, de hecho, ha acabado recurriendo a estos servicios de venta anónima de leche y desestimando, cuenta, la leche de su vecina.

Son muchos los adictos al gimnasio que toman leche materna, generalmente acompañada de copos de avena para el desayuno, y todos coinciden en que les proporciona una energía inexistente en otras bebidas energéticas. A raíz de la confesión de Anthony muchos hombres han salido del armario en Estados Unidos y han confesado que sí, que ellos también beben la leche de sus mujeres para sentirse mejor, curar enfermedades y evitar las terribles y pesadísimas digestiones que a muchos les ocasiona la leche de vaca.

En estas estábamos cuando hemos descubierto que esto de la leche materna viene de largo. Que el Londres, en Covent Garden, existe una heladería llamada The Icecreamists que comercializó durante un tiempo un helado elaborado con leche materna, que acabó siendo prohibido por las autoridades sanitarias por sus supuestos riesgos para la salud del consumidor, pese a que sus artífices aseguraban que la leche había pasado todos los controles sanitarios.

En su día, el chef neoyorquino Daniel Angerer, del restaurante Klee Brasserie, en Manhattan, elaboró durante una época un queso con leche materna que nunca llegó a comercializarse a instancias de las autoridades sanitarias. Sin embargo, su receta se hizo muy popular entre muchas madres en periodo de lactancia y fueron muchas las que utilizaron el excedente de leche para elaborar quesos. Al parecer, al chef se le ocurrió la idea cuando su bebé tenía cuatro semanas de vida y su mujer un excedente de leche.

Por su parte, el chef suizo Hans Locher sí que vio muy claro que podía elaborar recetas excelentes con el excedente de leche de su mujer, y decidió introducir un menú a base de platillos elaborados con leche materna en su restaurante Strochen (Iberg, Suiza). Cuando las autoridades sanitarias descubrieron su plan (Hans puso un anuncio en el periódico solicitando donantes) las autoridades sanitarias truncaron su plan. Una negativa que resulta cuanto menos curiosa teniendo en cuenta que en la actualidad está permitida la comercialización de óvulos en la mayoría de países de Europa.

Estos ejemplos no dejan de ser puras anécdotas si los comparamos con el revuelo surgido en China hace unos meses a causa de la comercialización de leche materna, que es adquirida a precios muy elevados por personas adultas de altísimos ingresos, que pueden elegir tomarla en un recipiente o directamente del pecho. Existe una empresa, Xinxinyu, especializada en la comercialización de leche materna, tanto para bebés como para adultos.

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