¿HAY QUE FIARSE?
La última moda para adelgazar: pastillas de garcinia, ¿sí o no?
Suena a timo de la estampita pero en materia de adelgazamiento hay quien sería capaz de vender su alma al diablo y probar hasta el más rocambolesco de los remedios. Ahora la última moda para bajar peso de forma milagrosa y sin sufrimiento alguno son las pastillas de garcinia, una planta que se comercializa en forma de cápsulas o extractos y cuyos beneficios no están demostrados.
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Probablemente te suene el nombre de garcinia porque lo recuerdas asociado a un anuncio de ex gordas reconvertidas en mujeres estupendas, con sus fotos del antes y el después, y junto a promesas de pérdidas de peso relámpago del estilo (y esto es un caso real) 44 kilos en 5 semanas.
Los productos milagro, pese a no parecer a priori demasiado recomendables para la salud, son cada día más populares, dado que la gente busca bajadas de kilos rápidas, eficaces y no excesivamente dramáticas. En este contexto aparece la garcinia, un arbusto que crece en algunos países de Asia y que produce unos frutos de forma parecida a la calabaza pero mucho más pequeños.
Lo cierto es que la llamada garcinia cambogia contiene ácido hidroxicítrico (HCA), de hecho es su principio activo más relevante, que reduce significativamente la acumulación de grasa en el tejido adiposo. Algunos estudios científicos revelan, además, que el consumo de garcinia reduce significativamente la saciedad.
Por este motivo, en los últimos tiempos se ha convertido en el complemento adelgazante de moda, que puede adquirirse en herboristerías y parafarmacias, y que millones de personas en todo el mundo han incorporado a sus vidas, ya sea como ayuda a perder peso en una dieta de adelgazamiento o como supuesto milagro para perder nada menos que 40 kilos en un mes.
Numerosos estudios, sin embargo, revelan que la garcinia no es, ni de lejos, tan milagrosa como la pintan. Si bien es cierto que puede contribuir a la pérdida de peso a corto plazo, también lo es que no se detecta relevancia alguna en dietas más largas. También es cierto, sin embargo, que todos los estudios realizados hasta el momento coinciden en que su consumo no tiene ningún tipo de efecto adverso sobre la salud.
Uno de los estudios clínicos más relevantes en este ámbito lo elaboró la Universidad Autónoma de Baja California (Tijuana, México), que concluyó que no existían diferencias significativas de pérdida de peso entre los grupos de control y los que consumían placebos.
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