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¿Cuántos te pides al día?

Si tomas esta cantidad de café con leche al día, cuidado, porque estás arruinando tu dieta

Mucha gente decide evitar el picoteo entre horas, pero se entregan a una orgía cafetera que acaba añadiendo calorías a la dieta...

Ojo con el café, porque te puede estar haciendo engordar.

Ojo con el café, porque te puede estar haciendo engordar.Pexels

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Seguro que os suena: tenéis un antojo de dulce de media tarde (o de media mañana) y en lugar de comer algo sólido optáis por un café con leche. Lo cierto es que hay gente que se confiesa como casi adicta al café y que admite tomar hasta media docena al día. A saber: el de la mañana, otro de media mañana, el de después de comer, otro a la hora de la merienda, uno al quedar después del trabajo... e incluso hay quien toma el último tras la cena.

¿Maniobra para evitar tomar más calorías o error de bulto? En Cocinatis vamos a analizar cuántas calorías te estás metiendo en el cuerpo si eres muy cafetero. Depende de varios factores, claro está, así que vamos a tenerlo muy en cuenta.

Hombre bebiendo café
Hombre bebiendo café | Agencias

- Tomas el café solo. Esta opción es, sin duda, la menos calórica. Una taza de café solo apenas tiene 2 kilocalorías. Es decir, no aporta prácticamente energía. Lo que sí aporta es un buen chute de cafeína que también debe ser tenido en cuenta porque puede provocar problemas para conciliar el sueño y alteraciones del estado nervioso.

- Tomas el café con leche (entera). Vamos a suponer que tomas el café con leche entera. En este caso, una taza de 25 centilitros incluiría entre 12 y 15 centilitros de leche, lo que supone unas 70-75 kilocalorías. Como bien denuncia el chef dos estrellas Michelin Paco Roncero, un problema es que "en España los sobres de azúcar contienen 8 gramos en lugar de 5, como en otros países". Esos 8 gramos suponen unas 40 kilocalorías. Esto nos deja un café que anda por las 115 calorías por unidad. Si multiplicamos por un máximo de 5 que podamos tomar al cabo del día, el resultado final es que nos metemos casi 600 calorías extra al día. Es decir, como si nos tomáramos a diario una hamburguesa de fast food.

- Tomas el café con leche (desnatada). Vamos a tomar otro ejemplo, en el que sigue presente el azúcar, pero la leche es desnatada. Lo que hacemos es reducir las calorías a la mitad, entre 35 y 40 por cada café. Si seguimos con un ritmo alto de cafés, rozaremos las 300 calorías. Efectivamente, estamos reduciendo a la mitad la cantidad que tomamos con la leche entera. Es como si nos comiéramos unos 100 gramos de patatas fritas...

Una máquina de vending
Una máquina de vending | Getty Images

- Tomas el café de máquina. Vamos a ir con otro supuesto. Vamos a pensar que gran parte de los cafés que tomas al cabo del día son de máquina porque te pillan en la universidad, en el trabajo, etc. El café de máquina suele llevar azúcar añadido que lo hace más calórico, elevando hasta las 150 calorías cada taza. Si tiramos al menos dos veces de este tipo de café, ojito, porque nos vamos a las 300 calorías. Aunque los otros tres sea 'normales', ya estaremos hablando de irnos a unas 700 calorías. Si hay capuccinos de por medio (que pueden alcanzar las 200 calorías), ojito porque nos plantamos en las 800. Palabras mayores.

- Tomas el café con edulcorante. La stevia o la sacarina no aportan apenas calorías, con lo que el contenido calórico del azúcar desaparece. Es importante porque, en est caso y pese a que los tomemos con leche, no estaremos superando las 350 calorías en el caso de leche entera ni las 175 si es desnatada. No osbtante, hay que tener en cuenta que hay estudios que alertan de que abusar de los edulcorantes puede ser contraproducente para nuestra salud. Alguno estudios sugieren que pueden interferir con nuestro metabolismo, aunque de momento no hay nada concluyente.

Así pues, ¿qué es lo mejor? Sin duda, tomar café de manera moderada, intentando evitar el azúcar (para así apreciar mejor la calidad del café). Una media de dos o tres, como mucho, cafés al día puede estar bien para no echarnos demasiadas calorías encima. Nuestro cuerpo no os lo agradecerá.

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