¿Sabes hacer la menestra perfecta? Aprende de los maestros

La hay congelada, de bolsa, y saca de más de un apuro. Se sofríe ajo y jamón, se le añade huevo duro y listo. Si hay tiempo, no está de más añadir alguna verdura, fresca y hervida, por aquello de ponerle una nota diferente (como a la ensaladilla rusa) y fantástico. Pero cuando se prueba una menestra de las de verdad, entonces la cosa cambia. La Rioja es un buen destino para amar este plato por encima de todas las cosas.

Ahora, la huerta está en su mejor momento. Es tiempo de espárragos frescos, habitas, alcachofas y también de guisantes lágrima. Porque ella admite lo que hay, no se pone exigente pero ahora, sí que sí, es el mejor momento para caer rendido ante un buen plato. Y en estos tres restaurantes saben cómo prepararla.

Ni cocida en exceso ni rebozada. En La Cueva de Doña Isabela (Travesía de los jardines, 15. Casalarreina. www.lacuevadedonaisabela.com) ni siquiera le llaman menestra. Su plato, Verduras frescas salteadas, no quiere parecerse a la receta habitual. Ellos cuecen cada verdura por separado ya que cada una precisa un tiempo diferente. La presentan al dente, salteada, con todas las vitaminas y un color brillante. Coliflor, brócoli, alubia verde, nabo riojano, cebolla roja, espinaca, tirabeque, acelga, zanahoria, calabaza y alcachofas. Ahí es nada.

Tras más de 25 años con las puertas abiertas, se puede decir que en La Alameda (Plaza Félix Azpilicueta, 1. Fuenmayor. www.restaurantealameda.com) se encuentran algunas de las mesas del poder de La Rioja. En él se celebran grandes comidas a las que siguen largas sobremesas, para negociar, charlar, celebrar...  y comer como está mandado.

Aunque su fuerte es la brasa, con la chuleta como estrella y favorita de la clientela, la menestra, en nuestra opinión, no se queda atrás. Elaborada con verduras naturales, la temporada trae los primeros guisantes lágrima (de Pradejón, que en esta tierra con nombre de vino también los hay), espárragos, habitas y alcachofas mini. Se presenta hervida y con una pieza de cada verdura rebozada. Es un mezcla armónica, suave, que deshace en la boca.

En el restaurante Tierra, del Hotel Finca de Los Arandinos (Carretera LR-137, Km. 4,6. Entrena. www.fincadelosarandinos.com) apuestan por la filosofía Slow Food o Kilómetro 0. Por ello, las verduras son de Entrena, el pueblo del que este hotel y bodega dista apenas dos kilómetros. Incluso el cocinero, Diego Rodríguez, y la mayoría del personal procede de allí.

Rodríguez apunta que el mayor secreto para que su plato sea como es, esto es, de gran calidad y buen sabor, no es otro que el haber recolectado la materia prima esa misma mañana. Se cuece cada variedad por separado y presentan rebozadas el tomate, la acelga y la alcachofa. Ah, y un poco de jamón ibérico y un toque de huevo duro, por aquello de seguir la tradición del Norte.

Ay, de quien dice no amar las verduras… ¡no sabe lo que se pierde!