NovaMás» Cocina

HUYE DE LAS DIETAS ESTRICTAS Y EMPIEZA POR APLICAR ESTOS CONSEJOS

Quince consejos para perder sin sufrir los kilitos del invierno

Has ganado unos kilitos que probablemente en realidad tampoco te sienten tan mal como crees, pero quieres librarte de ellos a toda costa. No sabes hacer dieta y no te imaginas pensando una triste hoja de lechuga. Empieza por aplicar estos consejos durante unas semanas y verás como adelgazas sin apenas notarlo.

dieta

A veces la báscula nos dice cosas que no nos gustan nada. Cocinatis

Publicidad

1- Ejercicio a diario. Este es en punto más importante y probablemente el más difícil de cumplir. No hace falta que te pegues grandes maratones, sino que introduzcas un hábito físico en tu día a día, y es fundamental que lo hagas todos los días, y lo cumplas a rajatabla pase lo que pase. Puedes bajarte un par de paradas de metro antes por la mañana (al final, te va a suponer levantarte media hora antes y, una vez introduzcas el hábito, no te va a costar nada llevarlo adelante), olvidar el ascensor o salir a caminar por las tardes.

Aunque nuestro consejo es que te hagas con unos buenos tutoriales para hacer ejercicios en casa y hagas a diario una pequeña rutina (bastarán diez minutos). Busca una hora que te vaya bien e introduce este hábito a diario. Dicen los expertos que es mucho más sencillo introducir un hábito diario que otro que represente dos o tres días a la semana, pues es más fácil interiorizar algo que tiene lugar todos los días exactamente a la misma hora y tras la misma rutina. ¿Qué tal unos ejercicios antes de cenar? O, si eres de los que tiene la suerte de comer en casa a mediodía, sustituir esa cabezada de diez minutos por un poco de deporte casero.

2- Come menos. No vamos a decirte que empieces a contar calorías y sufrir innecesariamente si lo que te molestan son apenas unos kilos. Simplemente, come menos cantidad. Si consigues llenar menos el plato durante unas dos semanas, comprobarás que tu estómago se "cierra" y enseguida empieza a pedirte mucha menos comida. Eso sí, los primeros días igual sufres un poco: ten junto a ti una botella grande de agua para tratar de engañar al estómago cuando te pida más, especialmente al principio.

3- Infusiones diuréticas. Vamos a combatir la retención de líquidos con infusiones diuréticas. Nuestro consejo es que sustituyas uno de los cafés, zumos o tés que bebes al día por una infusión, que puede ser, por ejemplo, de cola de caballo. Empezarás a ir al baño y a eliminar líquidos, que en ocasiones son los principales causantes de nuestro aspecto hinchado y de problemas como las bolsas bajo los ojos o el aspecto de nuestra piel.

4- Vigila lo que bebes. Y no nos referimos sólo al alcohol, que en muchas ocasiones es el causante de ese aporte calórico extra que nos ha hecho ganar unos cuantos kilos en invierno. Muchos nutricionistas nos instan a algo tan sencillo como intentar hacer que nos duren las copas: si en vez de tres cañas te tomas una no tendrás que renunciar a tu vida social ni cambiar absolutamente nada, y estarás aportando al cuerpo unas 200 calorías menos. Lo mismo ocurre con el vino y los destilados, que suelen ser los protagonistas de estos meses en los que viene en calor y el cuerpo nos pide salir a quemar las naves de terraza en terraza. Ojo, también, con los refrescos azucarados: siempre que puedas bebe agua o infusiones, que con hielo son ideales para los meses de más calor.

5- Menos sartén y más horno. Conviene reducir drásticamente los fritos, aunque eso no signifique por fuerza que tenemos que olvidar manjares como croquetas, empanadillas o patatas. Podemos optar por su versión al horno, igualmente sabrosa y muchísimo menos calórica.

6- Cena menos. La cena es la comida que más engorda, y en ocasiones la más copiosa del día para muchas personas atareadas que apenas tienen tiempo para respirar durante el día y llegan con un hambre canina al ágape de la noche. intenta cenar menos cantidad y, en la medida de lo posible, adelantar el horario de la cena como si fueses europeo. Si puedes cenar entre 7 y 8, y antes de ir a dormir comer un yogur o una pieza de fruta si es que te has quedado con hambre, le estarás haciendo un gran favor a tu figura. ¿Más consejos para una cena baja en calorías? Evita el pan y los hidratos de carbono en esta comida, en la medida de lo posible, y acostúmbrate a acabar con una infusión digestiva.

7- No te peses a diario. Olvida la báscula, de hecho es incluso mejor que ni siquiera te peses. Está demostrado que la relación con la báscula es tormentosa en la mayoría de los casos, y que es mejor ver cómo vamos ganando tono muscular y definiendo curvas sin necesidad de estar cada día pendiente de esos cien gramos que suben o bajan. El peso depende de muchos factores y puede variar a diario aunque estemos haciendo una dieta a rajatabla. Además, si estamos haciendo ejercicio es posible que no bajemos de peso tanto como nos gustaría, pues estaremos ganando masa muscular.

8- NO ROTUNDO a las dietas milagro. Sabemos que las promesas de perder cuatro kilos en una semana son tentadoras, que son muchas las personas que prefieren hacer un gran sacrificio de golpe y dedicarse al mantenimiento durante todo el verano, o aquellas que viven de dietas milagro sin darse cuenta de que lo único que consiguen es un efecto yoyó nada aconsejable. Lo mejor es comer menos, hacer ejercicio y adquirir unos hábitos que duren para siempre, precisamente para no tener que volver a hacer dieta nunca más. Las hay para todos los gustos: la Dukan, la de la alcachofa, la del pibón y excentricidades como la dieta del Hombre Lobo o de la Bella Durmiente. Olvídate de ellas, pues se trata de hacer las cosas bien.

10- Introduce algún superalimento. No se trata de cambiar de golpe tus hábitos, pero si poco a poco vas introduciendo en tu dieta algún superalimento te sentirás mejor y apenas notarás los cambios. Cambiar los copos de maíz por los de avena, tomar alguna de las infusiones con leche de arroz, añadir semillas de chía a tus ensaladas, un té matcha a media tarde... Poco a poco se convertirán en hábitos. Cuando hayas conseguido introducir uno de ellos de forma natural, ponte con el siguiente. Si te planteas grandes metas, y con ellas grandes cambios, es probable que fracases.

11- Explora las posibilidades de las frutas y verduras de temporada. Hazte con algún buen libro de recetas y descubre que puedes prepararte zumos, smoothies, batidos, que las frutas pueden comerse a la plancha y que las verduras tienen también múltiples posibilidades. Que algunas de ellas puedes consumirlas crudas, en ensaladas, como la col o el brócoli, y que una parrillada de verdura es un segundo plato excelente en cualquier época del año. Que lasañas y pastas pueden ser de verduras, y que puedes hacerte una bechamel magnífica con caldo de verduras en lugar de leche, por ejemplo.

12- Evita las calorías vacías. Nos referimos a esos 'snacks' que aportan calorías y ningún nutriente: patatas chips, bollería industrial, etc. Sustitúyelos por fruta, un yogur desnatado o un puñado de frutos secos.

13- Quesos, con cuentagotas. Son muy calóricos y los fans de este producto lo comen a diario antes, después o durante las comidas. Se trata de cambiar el chip y tener presente que el queso es muy graso y muy calórico, y que debemos comerlo en ocasiones especiales, pero jamás a diario.

14- No te vengas abajo si flaqueas. Va a pasar a menudo que te saltes las normas para zamparte un helado, que tengas unas ganas locas de cenar una pizza o que mueras por desayunar un dónut. No pasa nada. Simplemente permítete estos caprichos y sigue adelante con tus hábitos, que están precisamente para eso, para saltártelos de vez en cuando.

15- No renuncies a tu vida social. Está demostrado que uno de los mayores enemigos de las dietas son los cambios drásticos de hábitos. Nos contaba en una ocasión la nutricionista Magda Carlas que uno de los secretos para que una dieta funcione a largo plazo es que la persona que quiere adelgazar no tenga que renunciar a momentos especiales de su día a día. "Si viene a mi consulta una señora a la que le encanta irse una tarde a la semana a merendar con sus amigas, no voy a ser yo la que elimine el cruasán que se come". Se tratará de compensar en otros ágapes y de entender que probablemente esa persona perderá peso más lentamente, cosa que, por otra parte, es lo realmente saludable.

Publicidad