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Cinco ejemplos de platos asquerositos

¿Te quejas de tus comidas de Navidad? Mira esto, porque es peor

A ver, que aquí vengo a poner orden. ¿Te quejas del cordero? Pues, ojito, porque igual te pongo a comer trocitos de ballena inmasticables o gusanos fritos. Eh, tranqui, que hay países donde son platos tradicionales en navidades.

Snack de piel de ballena en la cena de Nochevieja, ¿cómo lo veis?

Snack de piel de ballena en la cena de Nochevieja, ¿cómo lo veis?Wikipedia

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Venga, no me seais asquerositos. Estáis todo el día con el "no me gusta" en la boca, despreciando los langostinos o el paté de oca. No-tenéis-vergüenza. Si supierais lo que comen en otros países... Ya, ya sé que esto ha quedado muy de padre y ahora me vendréis con que soy un capullo, recordándoos que hay países en los que, directamente, no hay nada para comer en estas fechas. Pues no va por ahí el tema. Os voy a poner ejemplos de otros lugares en los que podrían elegir perfectamente manducar otras cosas en Nochevieja pero en los que se tiran a por lo más... puag. Allá vamos. Cuidado los de estómago debilucho.

Smalahove. ¡Smalahove!, ¡smalahove! Me encanta decir esta palabra. Es uno de los platos que, tradicionalmente, se consumen en Noruega para dar el pistoletazo de salida a las fechas navideñas. Dejadme que lo describa: es la cabeza de una oveja cocida tal cual y puesta en el plato así, sin disimularla. Se suele acompañar de puré de patata, aunque ya me imagino que eso no lo mejora demasiado. Bueno, amigos, ya podéis dar gracia de no vivir en Oslo. Puede que envidieis su salario medio, pero esto seguro que no.

Pies de cerdo. Los aficionados a la casquería no se inmutarán por esto, pero el resto seguro que está poniéndose ahora de un agradable color morado. Los pies de cerdo en salmuera se suelen servir como entrante en la modélica Suecia donde, como veis, no son tan finolis como parecen. Se venden en tarros, como si fueran aceitunas o cebolletas  y, en mitad de la cena, como si todo fuera una película de Lars Von Trier, se sacan para dar mal rollo. Así es la vida.

Gusanos fritos. A todos hay animalitos que nos dan cierto repelús y que no queremos ver ni en pintura cuando comienza la época de la pandereta. Unos pueden tenerle tirria a los percebes, otros al conejo, yo-que-se... Lo que sí es cierto es que no vais a poner tantas pegas cuando sepáis lo que toman en zonas secas de África del Sur. Son gusanos fritos, que, además, son ricos en proteínas, algo que no nos inventamos nosotros. Cuando la ONU ya está recomendando que comamos bichos por algo será, ¿no?

Maksalaatikko. Imagínate que te ponen el plato que más odias para comer en navidades. Una idea deliciosamente pérfida, ¿verdad? Pues eso es lo que les pasa a los escolares finlandeses. Resulta que se pasan todo el año comiendo en el cole maksalaatikko, que es un plato a base de hígado, arroz, mantequilla, sirope, pasas...  (yo creo que no es necesario que siga con la descripción) y luego van y se lo ponen también en Navidad. Malditos finlandeses, si no fuera porque son grandes bebedores, no les perdonaría esto.

Mattak y kiviak. Ay, no se por dónde empezar. Este binomio maravilloso de platos vienen de Groenlandia y solo describirlos hace que me venga arriba. Empezaré por el mattak, que no son más que tiras de carne de ballena con un poco de su propia grasa pegada. Masticarlas no es tarea sencilla porque son gelatinosas y se resisten, así que lo que hay que hacer es engullirlas sin más. Glups. Sí, glups. Ah, y ahora vamos con el kiviak. Bueeeno, esto son pingüinos que se fermentan durante varios meses en el cuerpo vaciado de una foca. Y se comen tal cual en Navidad. Hala. Ahí va eso. Quitároslo de la mente.

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