¿A que no sabes qué es realmente un 'cubata'?

El alcohol mueve fronteras, ensancha el alma y crea binomios imposibles. O si no, ¿cómo explicamos que una de las bebidas más populares de la tierra sea la unión de la revolución y el imperio yankee? Nos referimos al cubalibre, la famosa bebida que hermana el ron cubano con la cola estadounidense. La tan preciada bebida se puede tomar en el bareto del barrio, en el local más 'in' o en los puestecitos de las fiestas de verano. La mezcla es simple: ron, cola, hielo... y limón si nos ponemos estupendos.

A pesar de ser una bebida cubana, su éxito se ha extendido a otros lugares. Desde Sudámerica a España, todos los baristas han rebautizado este combinado. En Argentina, como en Cuba, se le denomina cubalibre, mientras que en Chile se llama roncola, en México se pide un "cuba" y en España, si bien se le conoce como cubalibre, coloquialmente nos referimos a este cóctel como cubata.

Este mote viene de la costumbre española inventada por el humorista Forges a partir de los años 60 de derivar con el sufijo -ata palabras coloquiales y familiares, como bocadillo (bocata) y ordenador (ordenada). A menudo, en España, y por error, le damos el nombre de cubata a cualquier mezcla entre refresco y bebida alcohólica de alta graduación. Especialmente en estos últimos años del boom del gin tonic, cuando pedimos un cubata en un bar, nos preguntan que de qué lo queremos cuando debería estar claro: el cubata es ron y Coca-Cola.

Cuentan las crónicas que el mejunje nació en Cuba durante la Guerra de la Independencia (1895-1898). Teddy Roosevelt destinó a los Rough Riders (la primera caballería voluntaria de la historia) a ayudar a los cubanos a derrocar a los españoles e independizarse del yugo hispánico. Los cubanos victoriosos celebraron su independencia de la metrópolis al grito de “Viva Cuba Libre”, brindado con ron y los brazos alzados. Un día de mucho calor, los soldados estadounidenses se encontraban en un bar de La Habana Vieja festejando, riendo y sudando, cuando el coronel Russell ordenó que le prepararan una bebida refrescante porque si seguía bebiendo ron a palo seco le iba a dar un “jamacuco”. El hábil mesero habanero combinó entonces ron con Coca-Cola y hielo, y el coronel, encantado con el invento, lo dio a probar a su tropa. Al instante los soldados pidieron una ronda y el “toast” se hizo en español exclamando “¡Viva Cuba Libre!”, bautizando así el famoso elixir.

A día de hoy en Cuba es imposible encontrar un refresco de cola estadounidense y la bebida más popular es el ron a palo seco y a temperatura ambiente. Eso sí, existen lugares como la Guantanamera, en Habana Centro, donde puedes tomarte un cubalibre, pero por decoro mejor pedir un ron con refresco de cola y sin hielo. El hielo va escaso y los estadounidenses y los cubanos no están a partir un piñón que digamos.