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No pinta bien...

Por qué hacer una dieta antes de Navidad es una idea espantosa

A un mes vista del inicio de las hostilidades gastronómicas, quizá estés pensando en hacer dieta. Te adelantamos que harías mal

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Las vacaciones, ese momento del año en el que toca darlo todito. Que si la Nochebuena, que si la Nochevieja, las comidas de Navidad y de Año Nuevo... pero, un momento, que hay más: tenemos también las cañitas con los amigos, las cenas con los del trabajo, los aperitivos con esa gente que no ves desde hace eones... este panorama puede llevarte a pensar "¿y si hago un poquitín de dieta antes de todo eso?". Bien, pues te vamos a decir una cosa: es una idea malísima. Te contamos por qué.

No vas a engordar en fiestas. Si no va a pasar nada, ¿por qué vamos a matarnos de hambre las semanas previas? ¡Qué diablos, al cuerno con la dieta! Hay estudios que señalan que no aumentamos de peso durante la temporada de vacaciones todo lo que creemos. ¡Lo que sea! La historia es que en este caso, para qué vamos a ponernos a plan.

Las dietas previas a vacaciones solo te ayudan... a ganar peso. ¿En serio? Pues sí, porque aunque parezca increíble, hay investigaciones que reflejan que lo de ponerse a plan antes de un periodo vacacional tiene el efecto contrario al buscado. Dicho de otra manera, no hay peor manera de perder peso que poniéndose a dieta. Lo que nos fataba por oir.

Copiosas comidas en Navidad
Copiosas comidas en Navidad | G+J

Te puedes obsesionar con la comida. Menudo plan. O sea que no solo puede llevarnos a ganar peso, sino también a tener todo el día en la cabeza la comida. Los expertos alertan de que las dietas promueven la preocupación por los alimentos. Y eso, amigo/a, tan solo te llevará a no disfrutar experiencias maravillosas con amigos y familiares o con los compañeros de trabajo y amigos.

Al llegar a la celebración, comes como un animal. Los investigadores tienen demostrado que, al llegar estas fechas de banquetes y comilonas, los que más comen son las personas que están siguiendo una dieta. En realidad, al seguir un régimen exprés hipocalórico lo único que haces es disparar tu consumo de comida en determinadas fechas, así que lo comido (nunca mejor dicho) por lo servido.

No pasa nada por pasarse un poco en navidad. Si has estado comiendo normalmente hasta entonces (es decir, sin hacer dieta), tu cuerpo sabrá cómo adaptarse de forma natural. Si escuchas a tu cuerpo, él te dirá tras dos días comiendo más de la cuenta que lo que necesita es una ensaladita o unas verduras a la plancha: así de fácil, confía en tu cuerpecito serrano.

El mal empleo de las dietas puede dañar la salud
El mal empleo de las dietas puede dañar la salud | G+J
La dieta te puede deprimir o poner ansioso. No se puede ignorar que hacer dieta tiene consecuencias. Si conectamos este punto con el anterior de obsesionarse demasiado con la comida, vemos que todo eso nos puede conducir a estados de ansiedad o depresión. Hay estudios que vinculan la dieta con este tipo de desórdenes, así que mejor hacerles caso.

Tu imagen puede emperar. Hacemos dieta para sentirnos más seguros y atractivos. Pero, contrariamente a la creencia popular, lo que puede acabar provocando una dieta es que tu aspecto sea peor: puedes presentar peor cara, tener granos u ojeras, porque estás privando a tu cuerpo de determinados nutrientes que necesita. "Estás mejor con un par de kilitos más", suele decir tu abuela. Y mira por donde, igual tiene razón.

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