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VIAJANDO CON COCINATIS. PRIMERA PARADA: BUENOS AIRES

¿Por qué la Florería Atlántico es el mejor bar de Latinoamérica?

Si esto fuera una partida de mus empezaríamos envidando, al afirmar que no se puede entender el siglo XXI, estar en Buenos Aires y no visitar la Florería Atlántico, un local que, desde su inauguración hace poco más de un año, se ha convertido en lugar de referencia de la noche porteña y ha sido elegido recientemente en el puesto 39 de los 50 mejores bares del mundo y nombrado el mejor bar de Latinoamérica y del Caribe. ¿Las razones? Múltiples y variadas.

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Lo más cool de Buenos Aires es este local. Vale Nandu y Florería Atlántico

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El local. Desde la calle se observa una florería reconvertida en local multifunción: además de flores de temporada que se van renovando dos veces por semana tienen a disposición del público una variadísima oferta de vinos argentinos -más de 150 etiquetas-, diversos vinilos de artistas muy seleccionados y libros de alta gastronomía. Detrás de una enorme puerta frigorífica encontramos, a partir de las 19 h, unas escaleras que te invitan a descender a un subsuelo onírico.

El subsuelo. Se asemeja a un refugio de principios del siglo XX, en plena zona portuaria, en el que destaca una impresionante barra de aproximadamente 18 metros de longitud, coronada por unos taburetes altos que piden a gritos ser ocupados a la velocidad del rayo. Frente a esta misma barra se sitúan varias mesas, muy bien ubicadas junto a una pared desconchada en la que destacan extraños dibujos del fondo marino que solían aparecer en antiguos mapas cartográficos, realizados por el barman y uno de los socios, Tato Giovannoni.

El concepto. Crear un “speakeasy” con aires de taberna portuaria; de ahí viene en nombre de “Atlántico”, pues hace referencia a toda esa ola migratoria que llegó al país entre los años 20 y 40. La carta te propone levar las anclas y darte una vuelta por distintos países del otro lado del océano Atlántico.  

La propuesta gastronómica. La carta es correcta aunque no excesivamente extensa. Destaca por la máxima calidad de sus productos y por dar color a una oferta que alterna el lujo con la sencillez; se puede optar por unos boquerones, servidos en su recipiente de lata, o platos más elaborados como el Bife T, por poner unos ejemplos tan equidistantes como exquisitos.

Su sello de garantía y calidad. Los artífices del local son el empresario Julián Díaz –creador de otro bar de referencia, el Ocho7Ocho- y Tato Giovannoni, considerado como uno de los mejores barman de la ciudad.

El público. Es ecléctico y heterogéneo. Puedes encontrar desde 'hipsters' a tipos con sandalias y camisas hawaianas, o a ejecutivos de cuentas recién llegados de la oficina; la idea es que el público variopinto disfrute por igual de una oferta variada de tragos y platillos.

Un sueño hecho realidad. ¿Existe la posibilidad de encontrar un lugar en el que además de buenos copas, puedas comer tapas y platos salidos de una parrilla de los años 40 que está a la vista del público? La respuesta es afirmativa, y teniendo en cuenta de que se trata de un subsuelo, es un dato a tener muy en cuenta. Gracias a una enorme campana extractora, el aire que se respira es cristalino y el local queda liberado de olores más propios de un restaurante que de una coctelería chic.

Combinados de autor. Tato Giovannoni ha creado una carta que se divide por influencias geográficas, que van desde España a Polonia, pasando por Inglaterra, Francia e Italia, sin olvidar un apartado para los sabores criollos y más propios de Argentina.

El servicio. Muy atento y amable con el cliente, logrando que se sienta cómodo y nada invadido. Si optas por la carta de vinos y no te decides por la extensa oferta de caldos existente, cuentan con una sumiller a la que puedes recurrir para disipar dudas.



MI EXPERIENCIA
Acudí a las 22 h de un lunes, teóricamente uno de los días más flojos, y el local rozaba el lleno absoluto. Nos acomodaron a mi acompañante y a mí en una de las dos únicas mesas que quedaban libres. Empezamos la noche con unos tragos, elegidos bajo recomendación. Un Tónico Herencia Goyeneche (vodka, hesperdina, jugo de lima y almíbar especiado, con tónica Pulpo Blanco) y un Florería Kir (Cabernet Sauvignon, cognac de frambuesa, Cointreau, espumante y flores). El primero de ellos, presentado de una manera muy especial, ya que la mezcla venía en un pequeño recipiente coronado con una nota que contenía un verso de tango.

 

Acto seguido nos trajeron nuestros entrantes para compartir: pulpo español asado –excelente, y muy fiel a la receta española- y los langostinos parilleros º0, platos tan exquisitos como sencillos que me permitieron rememorar sabores de mi país, dejándome un excelente sabor de boca. Ya como platos fuertes optamos por el Bife T y el pollo, platos clásicos, que junto al pescado del día son, hoy por hoy, las estrellas de la carta.

Las raciones estaban equilibradas (en Buenos Aires se tiende a ofertar raciones XXL) y la carne muy gustosa. La verdad es que comimos de fábula. Durante la cena, bebimos un combinado patrio: Mitad Bloody Mary, Mitad Gazpacho, realmente curioso por su textura y su peculiar sabor, porque en lugar de vodka utilizan ginebra y jerez. Como postre, un flan con crema (helado de vainilla) para dos, que no estaba en la carta.

En definitiva, sea para comprar flores, vinos, algún vinilo o libro gastronómico, sea para deleitarse viajando por su carta de tragos o sea para disfrutar de una exquisita cena, la Florería Atlántico es un lugar de parada obligatoria para todos aquellos que en algún momento quieran gozar de un lugar único e irrepetible en una ciudad tan cosmopolita como atractiva y de belleza caótica como es Buenos Aires. No se arrepentirán.

Florería Atlántico: Arroyo, 872, Retiro, C.A.B.A.

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