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Pequeños hoteles con grandes restaurantes

Estos cinco pequeños hoteles serán el perfecto antídoto antiestrés: comeremos en restaurantes de alto nivel y nos sentiremos prácticamente como en casa.

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El cuerpo nos pide un pequeño hotelito para desconectar del mundo pero también grandes platos para que esa desconexión resulte aún más placentera. Una habitación tranquila en un paraje bucólico situada a escasos, escasísimos metros de un gran restaurante será el mejor antídoto contra el estrés, y sin lugar a dudas la mejor manera de ponernos a punto. Hemos escogido estos pequeños hoteles que tienen un denominador común: cuentan con restaurantes excelentes en sus instalaciones.

Estrella del Bajo Carrión
Villoldo (Palencia)
La fusión entre sus instalaciones y su restaurante es tal que es difícil decir si nos hallamos ante un hotel con restaurante o un restaurante con hotel. Lo que sí es seguro es que en este hotelito pequeño y encantador situado en la provincia de Palencia encontramos una cocina de temporada en la que predominan las verduras frescas del huerto y las carnes de caza, desde pichones a perdices, codornices o el popular lechazo churro (Indicación Geográfica Protegida del lechazo de Castilla y León), desde los jarretes de la paletilla con verduras asadas a la paletilla entreasada o el pincho.




Las carnes tienen vital importancia en la carta de este establecimiento, que cuenta con delicias como el cochinillo ibérico de cría ecológica, alimentado con productos 100% ecológicos y criados al aire libre, que puede pedirse asado a baja temperatura y dorado al horno, servido con la piel crujiente y con 'chutney' de verduras. Cuenta, además, con biblioteca, salón de billar, vinoteca y un precioso jardín que puede verse desde la terraza de cada una de sus 16 habitaciones.
PVP: 90 € / hab. doble. www.estrellabajocarrion.com

Tierra del Agua
Celao (Asturias)
Este complejo de ecoturismo situado en la aldea asturiana de Celao consta de 11 apartamentos independientes con vistas al valle y una zona de aguas y spa, además de diversos espacios comunes rebosantes de encanto. Tiene, además, un restaurante de alta gastronomía comandado por el chef José Vidal, un hermoso espacio rústico revestido en madera con una gran terraza en la que degustar muestras de la gastronomía local como la fabada (a 7 €), los callos con morro y chorizo de caza o las 'fabes' con jabalí, que pueden acompañarse de alguna de sus ensaladas elaboradas con productos típicos como la de melón con queso casín y vinagreta de anchoas.

También destacan entre sus especialidades el pitu de caleya de Coballes (un pollo de corral criado en casa con maíz y otros productos naturales) o el rabo de xatu (ternero asturiano) con risotto de setas. Dispone también de un bar con una carta de picoteo a todas horas y de una gran oferta de actividades al aire libre.
PVP: 79 € / apartamento (mínimo dos noches). www.tierradelagua.com

Pazo de Santa María
Arzúa (A Coruña)
Viajamos hasta la villa de Arzúa, a escasos 30 kilómetros de Santiago de Compostela, para detenernos en un antiguo pazo reconvertido ahora en establecimiento de turismo rural con magníficas vistas a un valle y muy frecuentado, entre otros, por peregrinos exhaustos tras centenares de kilómetros a sus espaldas que ven, al fin, el Obradoiro a la vuelta de la esquina.

En su comedor con vistas a los hermosos jardines podremos degustar especialidades autóctonas que van desde el caldo gallego al pulpo o unos sencillos huevos fritos con zorza. Cuenta con una tranquila terraza con y varios salones, todos ellos, al igual que todo el edificio, con paredes de piedra y vigas de madera.
PVP. 105 € / hab. doble). www.pazosantamaria.com

Hotel Els Casals
Sagàs (Barcelona)
En la provincia de Barcelona hallamos este pequeño hotelito familiar cuyo restaurante cuenta con una estrella Michelin gracias al trabajo del chef Oriol Rovira, cuya cocina de proximidad está elaborada íntegramente con productos de elaboración propia en la explotación familiar y, en su defecto, de otros productores de la zona.

Verduras y hortalizas del huerto, huevos, leche, setas y carnes de todo tipo con especial atención al cerdo y sus derivados (que, como el resto de la ganadería, son de raza autóctona, criados en libertad y alimentados con productos naturales) son las protagonistas de una carta basada en la cocina tradicional con pinceladas creativas siempre enraizadas en la tradición gastronómica catalana.
PVP: 73 €/ hab. doble. www.elscasals.cat

EL APUNTE EXÓTICO
Riad Abracadabra (Marrakech)

Un español, Bruno Oliver, es el responsable de todos y cada uno de los detalles de su criaturita en pleno centro de Marrakech, en la medina, a un paso del bullicio de sus enrevesadas calles y con una cocina exclusiva para huéspedes que bien vale una visita a esta fascinante ciudad de Marruecos. El espacio gastronómico de este minúsculo 'riad', una antigua casa señorial del centro de la ciudad reconvertida ahora en hotel exclusivo con escasas 8 habitaciones, tan familiar que no te dan las llaves de tu habitación a no ser que las solicites, es un pequeño restaurante al aire libre ubicado en la azotea, donde desayunar, comer y cenar al fresco aprovechando las magníficas temperaturas de Marrakech durante todo el año.

Su maravillosa cocina árabe con concesiones al paladar occidental (Oliver fichó a un prestigioso chef español para que asesorase a su equipo de cocina), es un dechado de delicadeza y buen gusto, desde la composición de los platos hasta su vajilla y su mobiliario, con especial atención a unos desayunos interminables en los que el equipo de Abracadabra va sacando platos, desde pastelitos a cremas, tortas, zumos, tés, y cualquier manjar que aquí parece recién salido de 'Las mil y una noches'.
PVP. 140 € /hab.doble. www.riadabracadabra.com

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