Nunca adivinarás cuál es el nuevo superalimento de moda

Cuando hablamos de superalimentos nos vienen, de rebote, imágenes de locales cool, gente con barba vestida a la última y hordas de fanáticos de la cocina ultrasaludable. Y así, de golpe, sin que nadie se lo esperase, esto está a punto de cambiar.

El nuevo superalimento que apunta a convertirse en el nuevo kale, chia, baya de goji o espirulina no tiene nada que ver con una bonita semilla, una flor o un precioso polvo, sino que más bien le hemos tenido asco desde tiempos inmemoriales. Hablamos de la morcilla. Porque sí, señoras y señores, la morcilla es el nuevo zumo détox. Y ya veréis como eso le va a molar a vuestra abuelita, que resulta que estaba más enterada y era moderna que tú.

Según apuntan algunos expertos en nutrición, esta salchicha sanguinolenta es un alimento bueno para la salud. El producto sobre el que todos los aficionados del ‘healthy’ se van a tirar como vampiritos a lo largo de los próximos meses y que, puede ser, llenará las cartas de los restaurantes más en boga. Pero, ¿cómo ha sido posible?

La morcilla está hecha con sangre coagulada, carne y grasa de cerdo, todo ello colocadito en la piel de una tripa (en España también suele llevar arroz). El resultado es una textura de consistencia blanda que le vale su nombre inglés de ‘black pudding’. Ya… no pinta super bien escrito así; sin embargo, hervida o a la plancha, y acompañada con unas patatitas… ¡Ñam! ¡Además de saludable (según dicen)! Pero no son sus cualidades gastronómicas las que convierten a esta salchicha en protagonista actual, sino sus virtudes nutricionales. En efecto, es rica en potasio, calcio, zinc, magnesio, a la vez que baja en carbohidratos. Y, sobre todo, aporta hierro a punta pala: 22 miligramos por cada 100 gramos. ¡Todo un récord!

Por todo ello, la morcilla se suma a los superalimentos más famosos, aunque no sin contar con numerosos detractores, ya que muchos profesionales apuntan en su contra su alto contenido energético (260 calorías por cada 100 gramos) y grasas saturadas, así como la dudosa calidad de sus lípidos y proteínas. También cabe recordar que la OMS clasificó la charcutería (categoría de la que forma parte la morcilla) como potencialmente nociva para la salud. Así que morcilla, why not?, siempre y cuando sea de procedencia artesanal y consumida con moderació. Y ya que estamos, casi mejor decantarse por el jamón ibérico. Pero esto es otro tema...

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