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NO SOLO LAS TARTAS LLEVAN AZÚCAR

Nueve alimentos que llevan muchísimo azúcar (y tú no lo sabes)

No sólo las tartas de nata o las golosinas llevan mucho azúcar. Hay alimentos cotidianos que contienen grandísimas cantidades de este producto y que en ocasiones ingerimos como si fuesen saludables. ¿Cuáles? Desde los cereales del desayuno a los zumos envasados o las mermeladas. Vigila.

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1- Cereales de desayuno. A no ser que nos los vendan expresamente como cereales "sin azúcares añadidos", cosa que los convertirá en bastante insípidos, los cereales de desayuno que compramos en el súper suelen tener el azúcar como uno de sus ingredientes principales. Esto significa que muchas de las campañas de marketing que nos invitan a comer cereales para mantener nuestra figura no es que sean inexactas, sino que son directamente falsas, ya que con esos copos integrales que creemos tan saludables estamos ingiriendo nada menos que 44 g de azúcar por cada 100 g.

2- Zumos envasados. Ya sabemos que los refrescos con burbujas suelen tener mucho azúcar, pero pocos imaginan que también los zumos envasados contienen grandes cantidades de azúcar adicional. Conviene siempre, pues, elegir zumos naturales frente a los envasados, pese a que tampoco conviene abusar de los zumos exprimidos. En los últimos tiempos numerosas voces alertan sobre los riesgos de el alto consumo de zumos naturales, a raíz del boom detox y de los 'smoothies', pues contienen una gran concentración de azúcar procedente de la fruta que no sólo aporta muchísimas calorías, sino que produce en nuestro cuerpo la misma reacción que cuando comemos otros azúcares simples: un subidón de la glucosa en la sangre y por lo tanto un pico de insulina. Mejor, pues, comer la fruta entera, para aprovechar además toda la fibra que contiene.

3-Mermelada. Son muchos los que desayunan una tostada de pan con mantequilla y mermelada pensando que cuidan la línea y están comiendo alimentos saludables, cuando en realidad hay que ir con mucho ojo. Es cierto que la mantequilla tiene vitaminas y minerales, y que nos da mucha energía para iniciar el día, pero también lo es que tiene una gran cantidad de grasas saturadas. Por su parte, las mermeladas industriales contienen una gran cantidad de azúcares añadidos. Conviene estudiar bien la composición, pues en muchas ocasiones algunas mermeladas envasadas tienen, incluso, más proporción de azúcar que de frutas. Si nos encanta este producto, siempre podemos elaborarlo en casa, pues es muy sencillo y podemos guardarlo en conservas que nos durarán muchos meses.

4- Yogures. La versión azucarada del yogur natural suele triplicar, en prácticamente todas las marcas, la cantidad de azúcar que contiene un yogur natural normal. Si el estándar contiene unos 5 g de azúcar, el natural llega casi a los 16 g, lo mismo que ocurre con los yogures de frutas, flanes, natillas y todos estos postres de cuchara que a menudo tomamos creyendo que son saludables, cuando nos están aportando gran cantidad de azúcar y, muchos de ellos, como las natillas o las copas de chocolate, también una gran cantidad de grasas saturadas.

5- Cacao soluble. Por cada 20 gramos de los clásicos cacaos solubles que añadimos a la leche encontramos unos 14 g de azúcares, lo que viene siendo una auténtica barbaridad. De hecho, estos productos son poco más que una mezcla de polvo de cacao desgrasado y azúcar, y, al parecer, suelen encontrarse entre los alimentos causantes de las altas tasas de obesidad infantil. Este tipo de productos, que no alimentan ni sacian y aportan mucho azúcar, son un buen ejemplo de cómo las calorías vacías, esas que ingerimos apenas sin darnos cuenta, influyen en nuestra figura. Y en nuestra salud, claro.

6- Barritas energéticas. Sí, aportan fibra y cereales, y probablemente van a mejorar nuestro tránsito intestinal, pero las barritas energéticas contienen en realidad una gran cantidad de calorías para lo pequeñas que son, gran parte de ellas procedentes de los azúcares añadidos destinados a mejorar su sabor. Insistimos: es preferible comer a media mañana un bocadillito de pan de barra (nada de panes de molde e industriales) con pavo, por ejemplo, o jamón York, que un par de barritas energéticas que nos van a aportar cerca de 200 calorías y no nos van a saciar en absoluto. La fruta es, siempre, otro gran aliado para esos ataques de hambre a media mañana.

7- Pan de molde. Como todo, el pan será mejor cuanto más natural sea. Vayamos, pues, a la panadería, y guardemos los panes de molde para ocasiones especiales, pues muchos de ellos (afortunadamente hay algunas marcas que ya fabrican panes sin aditivos) contienen mucho azúcar y una gran cantidad de conservantes, colorantes y aromatizantes, que los convierten en productos en líneas generales poco recomendables y ricos en calorías. ¿Cómo, si no, van a durar varias semanas sin estropearse y prácticamente igual de tiernos?

8- Salsa de tomate envasada. ¿Que te sientes la persona más sana del mundo cuando te preparas unos fusilli integrales acompañados de una salsa de tomate y albahaca y una pizca de parmesano? Pues bien, podríamos matizarlo. Y es que nada mejor que sustituir la salsa envasada por una salsa de tomate hecha en casa, a la que también añadiremos una pizca de azúcar para corregir la acidez pero no hasta los niveles de las salsas envasadas, que precisamente por ese motivo adquieren ese sabor dulzón que acabará marcando (y para mal, te lo aseguramos) la personalidad de tus platos de pasta.

9- Crema de cacao. Está compuesta de leche, cacao, avellanas y azúcar, pero lo cierto es que no en este orden. Y es que el cacao es por naturaleza amargo, y por más que la leche suavice un poco su sabor, si esta crema está así de deliciosa es porque lleva toneladas de azúcar. Incluso una rebanadita de pan acompañada de una cucharadita es una bomba de relojería.

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