NovaMás» Cocina

Un restaurante con estrella Michelin

El mejor carro de dulces de España y 10 motivos más para ir a Tierra

Está a solo dos horas de Madrid, en Torrico (Toledo) y es el restaurante del hotel gourmand Valdepalacios, perteneciente a la asociación Relais & Chateaux. Su chef, José Carlos Fuentes, hace maravillas.

Detalle del carro de dulces de Tierra.

Detalle del carro de dulces de Tierra.Cocinatis

Publicidad

José Carlos Fuentes no es cualquier chef. Trabajó a las órdenes de Carme Ruscalleda, con la que colaboró en la puesta en marcha en su restaurante de Tokio (dos estrellas Michelin) y luego se puso al frente del Hotel Rural Palacete La Seda de Murcia, donde ganó el premio al mejor restaurante de la región en 2008. Cocinero del año en 2010, desde 2011 dirige los fogones del restaurante Tierra del Hotel Valdepalacios y su labor ha sido reconocida con una estrella Michelin y dos soles Repsol.

Respeto por el producto, gusto por la estética y ciertos toques asiáticos definen una cocina que puede disfrutarse si uno se acerca a este Relais & Chateaux ubicado en Torrico (Toledo). Nosotros hemos ido y hemos descubierto 10 + una razones para acercarse.

Un lugar increíble. El hotel y el restaurante se ubican en una antigua mansión del siglo XIX llena de rincones encantadores y con una decoración lujosa y ecléctica, en la que caben piezas de cerámica o figuras orientales. Es un auténtico lujo, perderse por sus rincones y dormir en una de sus 27 habitaciones, un capricho de esos que hay que darse una vez en la vida.

Tranquilidad, ¡oh!, la tranquilidad. En la finca que rodea al restaurante tiene uno la sensación de que el tiempo se detiene. Encinas, un pequeño lago y la posibilidad de avistar corzos o conejo hace que el paseo se convierta en un ingrediente más de una experiencia ciertamente inolvidable y, desde luego, el perfecto colofón a una comida en Tierra. Y a eso vamos ahora...

Unos snacks que no tienen precio... Tomarlos en la terraza, siempre que el tiempo lo permita, es una posibilidad que ofrecen en el restaurante y que merece la pena. Con nuestra mirada encontrándose con los árboles, la personal versión de la tortilla de patata de José Carlos Fuentes o su bombón de chorizo (¡con chocolate!) saben incluso mejor.

Verduras tratadas de manera original. En Tierra tienen huerto y se nota el mimo con el que tratan las verduras, aunque, en ocasiones, figuren como secundarias en los platos. Es el caso de la col a la brasa y cruda que acertadamente acompaña al bonito adobado que sirven en el menú. En este mismo plato, un aire de cebollitas encurtidas redondea la propuesta.

Apuesta por la temporalidad. Ir en otoño y encontrarse en el menú con calabaza, castañas y senderuelas es dejar claro, desde un primer momento, que en Tierra apuestan por el calendario. Y eso nos gusta.

Platos de caza fantásticos. La finca que rodea el restaurante provee de piezas a la cocina y eso permite disfrutar de una paloma torcaz guisada en salsa de vino tinto, con pata y rebozuelo que está de escándalo. Cocina tan, tan de proximidad que existe la posibilidad de que te hayas cruzados, unas horas antes, con el mismo animal que luego encuentras en el plato.

Producto de calidad. Fuentes es un chef con una cierta obsesión porque todo el producto sea de la máxima calidad posible. Eso se ve, por ejemplo, en el foie-gras de Andignac que sirve o en la gamba roja que trae directamente de Palamós y que le sirve para componer un plato mar y montaña, juntándolo con jamón de pichón, entre otros ingredientes.

Una vertical de quesos para perder el sentido. Se están poniendo de moda en los restaurantes esas verticales en las que uno prueba de menor a mayor intensidad, las referencias de una misma quesería. Fuentes apuesta ahora por hacer una con las variedades de Molí de Ger, de Girona, y el resultado es brutal.

Actitud. "¡Zas, en toda la boca!, rezan las camisetas (negras) que lleva todo el equipo de Tierra. El hecho de trabajar en un Relais & Chateaux no impide que haya una cierta intención de provocar, de sorprender, siempre desde la profesionalidad y el respeto. "El zas tiene que ver con una contestación a mucha gente que no esperaba que consiguiéramos la estrella Michelin", cuenta Fuentes.

Un carro de dulces ma-ra-vi-llo-so. Alucinante. Brutal. Orgiástico. El carrito de petit fours que llega a la mesa después del postre es un escándalo. Una treintena de opciones para elegir, entre las que hay de todo: bombones de Jaggermeister, piruletas gigantes de chocolate con sal o con naranja, macarons de café, gominolas... Es el mejor carro de postres de España y lo mejor de todo es que todo está hecho en casa. Sin palabras.

Y, lo más importante, que está a dos horas de Madrid.  A esta maravilla se llega en dos horas desde Madrid. Solo dos horitas, lo que lo convierte en un restaurante al que escaparse de cuando en cuando desde la capital. Le auguramos un gran futuro, más esplendoroso aún que su sensacional presente. ¿Una segunda estrella, quizá?

Publicidad