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AL FRENTE, EL RECONOCIDO CHEF EDO KOMORI

Matsuri, el japo con acento brasileño al que hay que ir en Barcelona

El de Edo Komori es un nombre reconocido en el mundo de la gastronomía barcelonesa, pues se encuentra desde hace tiempo al frente del restaurante Matsuri del Gòtic. Recientemente acaba de abrir un nuevo restaurante, también llamado Matsuri, en un local más grande y con la misma oferta que el anterior. Visita obligada, sin duda, para los amantes del sushi y de la fusión.

matsuri

La fusión es la seña de identidad de este recomendable restaurante. Cocinatis

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Matsuri no es un japonés más que alguien se ha sacado de la manga aprovechando que la moda del sushi llegó hace tiempo para quedarse. Es un restaurante de sólida trayectoria y muy recomendable, que abrió sus puertas en la hermosa plaza Regomir del barrio Gòtic de Barcelona en el año 2000 para ofrecer una cocina japonesa con raíces brasileñas, creativa, colorida, voluptuosa y muy bien hecha. Al frente, el chef Edo Komori, brasileño de raíces japonesas que, antes de crear Matsuri, pasó por cocinas de diversos restaurantes de Miami, Sao Paulo, Nueva York o Milán. En la actualidad, además de sus Matsuris, el chef es el responsable de la división japonesa del prestigioso Catering Mercès, todo un referente en la Ciudad Condal.

Un profuso currículum el de Komori, que culminó en la apertura de un restaurante japonés hace ya 16 años, cuando la moda del sushi no era ni mucho menos lo que es ahora. Y resultó ser un visionario, ya que apostó por un concepto que probablemente en la actualidad esté más que implantado pero que entonces, en el año 2000, era incluso revolucionario. Y creo una carta de fusión en la que el pescado crudo convivía sin problemas con frutas tropicales, salsas multicolores y algún guiño a la cocina tailandesa; una propuesta en la que podías encontrarte un pedazo de aguacate en medio de una bola de arroz, en un local, para más inri, moderno y de aire retro, la típica planta baja de altísimos techos del Gòtic de la que, por fortuna, se respetaron los elementos originales.

El mismo buen gusto que desplegó el chef para escoger el local del antiguo Matsuri lo demuestra en el nuevo, abierto el pasado mes de mayo y ubicado en un edificio del siglo XVIII en la calle Avinyó, propiedad de la familia Vilavechia y perteneciente en la actualidad a la Fundación Ferrer i Guàrdia. El restaurante es agradable y sobrio, muy bonito, y destila esa elegancia nipona despojada de ornamentos propia del clan Matsuri. Como curiosidad, los comensales deben saber que históricamente, en la parte trasera del restaurante, había un prostíbulo en el que se inspiró Picasso para pintar 'Las señoritas de Avinyó'.

La carta de Matsuri es amplia y cuidada, y se caracteriza por aportar a la cocina japonesa pinceladas de gastronomía brasileña, que ladotan de color y sensualidad sin despojarla de su esencia. Así pues, entre sus makis y nigiris encontramos delicias como el de atún con foie gratinado, o el de salmón con queso cremoso y un toque cítrico, por no hablar del de anguila ahumada con aguacate, o el Tokio, uno de los hits del lugar, con tempura de gambas con mayonesa ligeramente picante cubierta de atún y aguacate. Todos ellos, pese a la disparidad de sabores, texturas y tradiciones, de gustos muy equilibrados, una auténtica alegría para un paladar en busca de emociones fuertes.

Matsuri es, pues, uno de esos japoneses de fusión de calidad en la línea de Doble Zer00, Ikibana o Ronda 14, un local donde, además, los precios son ajustados y donde no podemos dejar de culminar el festival con una crêpe de chocolate y plátano frito. Y acabar brindando por la fusión gastronómica bien entendida con un buen sake. ¡Salud!

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