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Lo dice un experto británico en birra

¿Llevamos bebiendo mal la cerveza toda la vida? 5 cosas que deberías cambiar

¿Bebes cerveza tras cerveza casi sin respirar?, ¿eres de los que la tomas a palo seco y nunca tocas el pincho?, ¿eres fiel a una marca y nunca te pimplas otra? Igual lo estás haciendo fatal, ojo.

La amas, pero, ¿la bebes bien?

La amas, pero, ¿la bebes bien?Morguefile

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A ti, que eres de los que no perdona una cervecita o dos con los colegas ninguna semana. A ti, que te aferras al cañero de la barra como si fuera tu mejor amigo. A ti, que llevas camisetas con la marca de tu birra favorita impresa. A ti, que te tomas peor que cualquier insulto que te den una cerveza caliente. A ti, que te la tomarías hasta de postre...resulta que un sommelier británico experto en cerveza acaba de anunciar que, por muy sabelotodos que nos creamos en esto de la ingesta de bebidas, hay cinco cosas que llevamos haciendo mal toda nuestra vida. Escuchemos a Des Mccann, de la Sharp's Brewery de Cornwall (Reino Unido), que señala que, con el auge de las cervezas artesanas, quizá estemos a tiempo a corregirnos (o no).

Bebe despacico. Muchas de las cervezas comerciales son ligeras y están concebidas para ser tomadas en frío y rápidamente. Sin embargo, hay muchas otras cervezas que pueden (y deben) tomarse despacio para poder apreciar todos los aromas y sabores. Es más, a medida que se calienten, es probable que vayamos descubriendo más matices... y eso solo pasará si no la hacemos desaparecer del vaso a la velocidad del rayo.

Mastícala. En las partes izquierda y derecha de tu lengua se sitúan los receptores de los dulce y lo amargo. Lo salado lo notamos con la punta, mientras que los tonos más amargos se localizan detrás del todo. Si la mantenemos dentro de la boca y prestamos atención, iremos descubriendo que la cerveza es mucho más que un refresco.

Es mejor para acompañar la comida, así que úsala para comer. Vale, vale, no queremos meternos con los del vino, pero es que esa idea de que el tinto es lo mejor para acompañar el papeo no es cierta del todo. En el caso del queso, la cerveza equlibra perfectamente y lo hace mucho mejor que el vino. Además, la cerveza es mucho menos calórica, con lo que estarás cuidando tu línea.

Si la vas a usar para comer, sigue la rutina 'cerveza-comida-cerveza'. De esta manera, sacarás lo mejor de cada trago y de cada bocado. Con cada sorbo de cerveza estarás limpiando el paladar, dejándolo preparado para disfrutar de lo que tengas en el plato.

No te quedes con la de siempre. Ponle los cuernos a tu cerveza favorita: no siempre pidas la misma, ni la misma variedad. Hay un montón de birras diferentes, con sabores muy distintos, que pueden sorprenderte. En la variedad, está la diversión.

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