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Menos bebérnoslo, hacemos de todo

Diez ideas para usar un refresco de cola en la cocina

¿Un poquito de cafeína? Pues vale, pero, por una vez más, vamos a tomarla, menos en refresco, de cualquier otra manera. En salsa, con carne, con arroz y hasta en tartas. Recetas para perder el sueño.

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Además de tener adjudicada una lista casi interminable de leyendas urbanas (que si es capaz de disolver el acero, que sirve para limpiar motores o que hasta que una lata puede contener apariciones marianas), los refrescos de cola pueden utilizarse para hacer diabluras en la cocina. ¿No os lo creeis? Que sí, muchachos, que sí. Además de beberla, su introducción en sartenes y ollas puede dar lugar a recetas sabrosonas. Veamos algunos ejemplos.

- Para el pollo. Nuestra receta favorita después del pollo a la Pantoja (por cierto, ¿alguien sabe en qué consiste?). Lo único que hay que hacer es sofreir el pollo y añadir luego el mágico bebedizo rico en cafeína junto con una pastilla de concentrado de caldo para que el pollo se guise en él. La salsa que queda está de pan y moja.

- Para una tarta. ¿Te aburres de la típica tarta bizcochada de chocolate? No pasa nada: cuando vayas a añadir el cacao a la mantequilla incluye dos o tres cucharadas de refresco de cola. Conseguirás un dulce con un poco más de chispa e igualmente delicioso.

- En salsa. Lo reconozco: me pierde una buena salsa barbacoa para acompañar a la carne. Especialmente cuando está hecha a la parrilla. Demonios, qué maravilla. Vinagre, mostaza, ketchup y nuestro ingrediente especial la convertirán en la mejor salsa BBQ de la historia. Ni caso a los que te digan que la prefieren con zumo de naranja.

- Para el arroz. ¿En serio? ¿Significa eso que se lo puedo echar a la paella? Bueeeeeno, tampoco nos pasemos... Se trata de utilizarla la cola en el sofrito de ajito y cebolla. Después, parte de su sabor pasará al arroz. Ideal para recetas en las que se introduzcan ingredientes dulces como unas pasas. Exótico a más no poder.

- Para la pasta. No se trata de cocer los espaguetis y los macarrones en refresco de cola, sino de echarla en el sofrito que hagamos. Por ejemplo, dos deditos de esta mágica bebida le pueden ir fenomenal a un fondo de ajo picadito, cebolla y carne picada. Después solo hay que añadir la pasta cocida y tendremos un plato 'bombástico'.

- En helado. Esto sí que es fácil: en el momento de servir en un vaso un helado de vainilla, añadimos un poco de refresco de cola. Después, montamos las bolas por encima, removemos hasta que no haya grumos y disfrutamos de un batido que poco tiene que envidiar al de cinco pavos que se tomaba Uma Thurman en Pulp Fiction. ¿Mola o no?

- Para rehidratar frutas. Abre el armario y rebusca aquella lata llena de frutas secas que tenías. Antes de utilizarlas en un bizcocho o en un plumcake, tendrás que rehidratarlas. Si lo hacer en refresco de cola, darás la campanada. Palabrita de Cocinatis, tus amigos más fieles en la Cocina.

- En masa para empanadillas dulces. Vamos a suponer que quieres hacer unas empanadillas rellenas de cabello de ángel o de crema pastelera. En el momento de hacer la masa, añádele un poquito de refresco de cola para lograr un puntito chispeante. Los afortunados que las prueben no sabrán que llevan, pero sí que están de vuelta al ruedo.

- En gominolas. Entre mis gominolas favoritas del kiosco estaban las que tenían forma de botella de refresco de cola. Hacerlas en casa es volver a la infancia y me da la impresión de que si pongo la tele van a aparecer Sport Billy y el Un Dos Tres. Se trata de calentar la cola en un cazo con azúcar hasta que se disuelva. Por otro ladom disolvemos gelatina en agua fría. Lo unimos después y le damos la forma deseada. Luego, a la nevera y a disfrutar.

- Para el dolor de estómago. Si todo lo anterior os ha empachado, recordad que nuestro amigo el líquido color Darth Vader también es útil contra los dolores de estómago. Es un analgésico ideal para molestias leves... y delicioso.

 

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