Diez fiestas gastronómicas por las que dejarse caer este verano

Ro-me-rí-a. Repetid conmigo: RO-ME-RÍ-A. Otra cosa no, pero en España sabemos cómo organizar una fiesta. Y si se come y se bebe, mejor. Vaya que sí. En cuanto arrancamos la hoja de junio del calendario, comienza un aquelarre de ferias gastronómicas en las que nos ponemos como el quico. Seleccionamos nuestras diez fiestas favoritas.

Día de la longaniza (Graus, Huesca). Esta celebración va ya por su edición número 23 y lleva 17 años batiendo el récord de la preparación de la parrillada de longaniza más grande el mundo. Toca llegar, arrimar el hombre para seguir un año más en lo más alto y cuando el embutido ya está doradito, hincarle el diente. Se celebra el 26 de julio.

Fiesta del albariño (Cambados, Pontevedra). Más de 150.000 personas se reúnen cada año en busca de los maravillosos caldos que se producen en esta región. Casetas y más casetas para que los visitantes abreven convenientemente, rodeados de los peñistas que, uniformados, dan colorido a la fiesta. Ojo, que también hay que comer, que luego pasa lo que pasa. Del 30 de julio al 3 de agosto.

Festival del vino de Somontano (Barbastro, Huesca). Quizá la cita mñas glamurosa de todo el verano gastronómico es ésta. En su edición número 15 se catan los vinos de la zona, se visitan bodegas, sí, pero también se asiste a espectáculos teatrales a cargo de Yllana o Antonia Sanjuan. Porque si el buen vino va con sentido del humor, mejor que mejor. Del 31 de julio al 3 de agosto.

Feria de la sardina (Candás, Asturias). Vamos, vamos, ¿quién puede decirle que no a unas sardinas en un pequeño pueblo costero? Eso es canela en rama, hombre. En la localidad asturiana de Candás se disponen puestos en los que se asa este sabroso (y veraniego) pescado. Se remata la jornada con baile, como mandan los cánones. El 1 de agosto.

Feria del bonito (Burela, Lugo). Os lo confesamos: si pasáramos el verano en Galicia, volveríamos a casa con varias arrobas de más en nuestro cuerpo serrano. El puerto de esta localidad lucense se llena cada año de gente dispuesta a hincarle el diente a las más de 4.000 raciones de bonito que se preparan. También se incluyen pan y empanada, para que nadie se quede con hambre.Tendrá lugar el 2 de agosto.

Feria del pulpo (O Carballiño, Ourense). ¿Alguien dijo pulpo? Pues sí, a mansalva. Esta celebración, cuya primera edición data de 1951, está declarada de interés turístico nacional. Y de interés papeístico, añadimos nosotros. Cerca de 100.000 personas acuden cada año para probar el pulpo que se prepara en las más de 40 calderas que se congregan en el parque municipal de la localidad. Todo lo que tenga ocho brazos, se come. Se celebra el segundo domingo de agosto (este año, el día 10).

Fiesta de la vendimia (Jumilla, Murcia). Tieneeee Jumillaaa un vinicoooo... y cada año, a mediados de agosto, se monta un fiestón coincidiendo con la vendimia en el que no falta de nada: inauguración de la fuente del vino, catas (claro) y hasta una cabalgata. Los que quieran apuntarse a la elaboración tienen vía libre, que una mano siempre se agradece. Del 14 al 24 de agosto.

Día de la marmita (Laredo, Cantabria). Ojo, marmita, no marmota, que ese día era el de Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo'. Este festejo, que se celebra en tierras cántabras y consiste en un concurso de marmita, con auténtico bonito del cantábrico. Después de zampar comienzan los juegos tradicionales como la cucaña, y se remata la noche con una sardinada. Habrá que esperar hasta el 16 de agosto.

Fiesta de la sidra natural (Gijón, Asturias). A la Plaza Mayor, culín en mano. Se trata de ir de productor en productos, para así poder decidir cuál es la mejor, Porque ese es el objetivo, y no emborracharse a muerte... creemos. Para los que gustan de batir récords, aquí también hay uno, el de escanciado simultáneo, que se bate año tras año en la plaza de San Lorenzo. Del 26 al 31 de agosto.

Judiada en La Granja (La Granja de San Ildefonso, Segovia). Alrededor de 10.000 personas acuden cada año a La Granja para degustar el plato más típico de esta localidad segoviana. Se celebra el Día de San Luis de 1976 y son cocineros profesionales los que echan el resto con este plato tan poco propicio para paliar los calores estivales. Después de haberse metido la ración entre pecho y espalda, toca buscar una sombra y, ¡hala!, a dormir a la bartola. Se festeja el Día de San Luis (27 de agosto).