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ES LA FRUTA DEL VERANO Y LA TRATAS MAL

Ocho errores que cometes con el melón

Es la fruta del verano, pero hay que saber tratarla, combinarla y, sobre todo, hay que saber cuándo y cómo comerla. Con el melón no todo vale, aunque la mayoría no sabemos que en ocasiones estamos maltratando esta fruta tan todoterreno. Y con ella a nosotros mismos.

La imagen de un melón

La imagen de un melón Agencias

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1- Lo comes por la noche. Ya lo decíamos en un artículo reciente, que es mejor comer el melón durante el día y, en la medida de lo posible, sin acompañarlo con nada. Puede ser indigesto si lo comemos antes de irnos a dormir, además de que podemos pasarnos la noche en el baño, pues está compuesto de agua en su mayor parte. ¿Por qué no a media mañana? Un táper de melón como break laboral resulta de lo más apetecible en estas fechas, o incluso como merienda temprana.

2- Lo comes a trozos. Ojo, no decimos que esté mal comerse en melón a dados o a rodajas, pero insistimos en que es una fruta que ofrece múltiples posibilidades y a menudo nos quedamos con lo básico. En sopas frías, zumos o smoothies es una maravilla, y constituye el entrante ideal para cualquier ágape estival, más allá del socorrido gazpacho. ¿Te animas, por ejemplo, con una sopa fría de melón y melocotón, que comeremos con cuchara, acompañada de un toque de cilantro? Nada más fácil y más resultón.

3- Lo combinas con jamón. Basta. El melón con jamón es la sublimación del viejunismo gastronómico, un plato que acaba de un plumazo con lo mejor del jamón y lo mejor del melón. Puede que alguien inventase semejante combinación un día para hacer algo con ese jamón serrano malo que le quedaba en la nevera y que ni siquiera servía para bocata, y decidió apostar por el contraste dulce-salado y combinarlo con un melón pasable que también andaba perdido en la cesta de las frutas. Lo cierto es que cada vez que alguien combina un buen ibérico con melón, una fruta capaz de matar en un segundo todos sus matices, muere un gatito, pues no hay peor daño para un producto único en el mundo que debería comerse a palo seco o en combinaciones que realcen su sabor, en lugar de matarlo.

4- Eliges mal. Como cualquier fruta, es importante aprender a seleccionar el melón ya en la tienda. ¿Que qué pasos debemos seguir? En primer lugar, elegir melona, no melón. ¿Que cómo se distingue una melona de un melón? Lo mostramos en este didáctico vídeo que cambiará nuestra vida para siempre. Ah, y el golpecito sí que importa.

5- Lo compras fuera de temporada. Todo melón que se plante ante tus ojos en otras fechas que no sean de mayo a octubre debe quedar completamente descartado. La temporalidad es importante en todas las frutas, pero hay algunas que sufren especialmente si no se respeta: el melón es una de ellas. A no ser que en vez de melón quieras pepino, claro.

6- No lo conservas en papel transparente. Tápalo siempre que lo guardes en la nevera, ya que si no se impregnará de los sabores del resto de alimentos. Y viceversa: todo sabrá a melón.

7- Retiras todas las semillas de golpe. Es importante retirarlas justo antes de comer el melón, pero hay quien disfruta quitándolas todas de golpe nada más abrirlo. También es importante cortar las puntas.

8- No lo comes a la plancha. Comer fruta es saludable y en España, en líneas generales, lo hacemos muy poco. Muchos aseguran que la fruta les gusta, pero que les aburre, y si eso ocurre es porque no han probado las numerosas posibilidades de estos alimentos. Sopas, zumos, ensaladas, macedonias, smoothies, mermeladas, gazpachos y... ¡a la plancha! ¿has probado a acompañar tu pechuga de pollo con una rodaja de melón a la plancha? Debes tener cuidado, simplemente, de que la plancha o sartén estén muy calientes y tendrás una guarnición de excepción.

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