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CROQUETAS, PALOMITAS O GIN-TONIC COMESTIBLE... ¿POR QUÉ?

Diez cosas que no se deberían hacer con un gin-tonic (o sí)

Hay una cosa que está clara: las personas que se han inventado estas rocambolescas reinterpretaciones del gin-tonic tienen mucha pero que mucha imaginación.

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La frase '¿te vienes a comerte unos gin-tonics?' es ya una realidad. Cocinatis

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En los últimos tiempos, coger un vaso de tubo normal y corriente, echarle unos cubitos de hielo que no procede de ningún manantial recóndito de un país desconocido, un chorro de ginebra y rellenar con tónica ha pasado a ser un hábito propio únicamente de desequilibrados y psicópatas. Lo que se lleva ahora es darle la vuelta al hábito y reinventar el gin-tonic hasta crear cosas imposibles como una mermelada, unas croquetas, un gin-tonic comestible o unas palomitas. Aquí nuestro top ten de cosas raras que hemos visto hacer con el gin-tonic de siempre.

1-Croquetas de gin-tonic.

Ya circulan por muchos recetarios, pero el primero en decidir que pan rallado, bechamel y gin-tonic podían ser muy amigos fue el restaurante El Madrigal (Salvadió, 34, Colmenar Viejo, Madrid), que decidió incorporar la de gin-tonic a su surtido de 80 croquetas, y a los pocos días, obviamente, empezó a reinar en solitario. ¿Que como es una croqueta de gin-tonic? Pues igual que una de pollo rustido sólo que con una gelatina de gin-tonic en medio envuelta por una bechamel de limón y una costra muy muy fina.

2- Palomitas de gin-tonic.

Son varias las marcas que las han comercializado. Poco podemos añadir salvo que el gin-tonic, que parece estar en todas partes, tenía que llegar también a las salas de cine.

3- Gin-tonic con aceite de oliva. ¿No dicen que el aceite de oliva es tan sano? Que sus ácidos grasos monoinsaturados son excepcionales para la salud y nos hacen un poco mejores que los franceses, empeñados a echarles a todo mantequilla. Pros del aceite de oliva, vuestro gin-tonic se llama Emociones 92 y podéis encontrarlo en Madrid, en la coctelería Jorge Juan 92, donde saborearéis una ginebra premium con su correspondiente tónica en un vaso escarchado con aceite de oliva que, dicen sus creadores, contribuye a prolongar el sabor.

4- Gin tónic con oro. Tomarse un gin-tonic con oro comestible parece más bien una 'performance' en clave de crítica social de un grupo de arte conceptual anarquista pero es, de hecho, una realidad en The Gin Room (Academia, 7), uno de los puntos calientes de la noche madrileña donde elaboran esta delicatessen con una Citadelle Reserva y añaden polvo de oro comestible del mismo color que la ginebra. Tienen multitud de opciones, pues la coctelería está especializada en ginebra, pero, claro, la idea de comer oro gana adeptos día a día.

5- Butifarra de gin-tonic.
Y también de mojito. Podemos encontrarlas en el Mercat Princesa de Barcelona (Flassaders, 21), en uno de sus puestos, La Planxa, especializada en carnes a la brasa, algunas tan peculiares como la que nos ocupa. Vivir para ver.

6-Gin-tonic comestible.

Se comercializa con el nombre de Cristal de gin tonic, y es una creación de Pastelería Díaz, con varias tiendas en Tenerife, que hizo realidad los deseos de algunos de sus clientes de poder, efectivamente, "comerse" un gin-tonic. Y creó esta suave pasta perfecta para untar en una tostada por la mañanita, acompañar con un café con leche y empezar el día con otra perspectiva de las cosas.

7-Salsa de gin-tonic.

Esta salsa dulce de gin-tonic comercializada por El rebost de l'Empordanet tiene, dicen sus creadores, múltiples utilidades. Podemos derretirla y convertirla en líquida para posteriormente hacer cubitos con ella, que acompañarán estupendamente nuestro gin-tonic. También podemos utilizarla en aperitivos, pues combina muy bien con carnes crudas tipo tartar o sushi.

8-Pasta de gin-tonic. He aquí la madre del cordero, porque sin esta pasta no podríamos elaborar desde bizcochos, a cupcakes, galletas, bombones o aromatizar nuestra ensalada de pasta con toques de enebro y burbujas. Esta pasta de gin-tonic de Home Chef permite realizar múltiples creaciones con el gin-tonic como protagonista.

9-Gin-tonic de plancton. Se lo debemos al chef Ángel León, un fan declarado de algas y demás organismos marinos, que, en su día, decidió rizar el rizo y probar con una combinación a priori surrealista: gin-tonic por un lado y plancton por otro. El plancton, aunque a algunos nos venga a la cabeza aquel simpático personajillo de un ojo que pretende robarle la receta de la burguercangreburguer a Bob Esponja, es un microorganismo marino cuyos aportes de proteínas, vitaminas, antioxidantes, aminoácidos especiales y omega 3, elementos habituales en la dieta mediterránea, son tales que cuadran a la perfección con un buen gin-tonic.

10-Canciones de gin-tonics. Sí, Calamaro, sí. Lo decimos por ti.

 

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