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PARA TI, QUE AÚN NO TE HAS RECUPERADO DE LA CUESTA DE ENERO

Diez consejos para ahorrar en la lista de la compra

Estamos casi en Semana Santa y tú, que eres de esas personas que siempre van tarde, aún no has superado la cuesta de enero. Ni has perdido los kilos que pillaste en Navidades ni tu cartera ha podido respirar aliviada, algo muy sencillo si sigues estos consejos para que la cesta de la compra no te deje en números rojos.

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Ahorra en el carro de la compra con unos truquillos.Cocinatis

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1- Nada de 'snacks'. Olvídalos hasta que vengan tiempos mejores, porque no sólo te aportan calorías vacías (y muchas) y generalmente gran cantidad de grasas saturadas, sino que, además, suelen ser carísimos teniendo en cuenta lo que nos cunden. Galletitas, barritas de lo que sea, palitos, patatas chips y otras comidas destinadas a saciar nuestro apetito sin aportar nutrientes y, de hecho, dejándonos en muchas ocasiones con más hambre que al principio, son las grandes enemigas de nuestra cartera.

Si queremos ahorrar, nuestros 'snacks' van a ser desde las frutas al pan con aceite, simplemente, o con una loncha de pavo. Incluso un puñado pequeño de frutos secos nos va a salir más a cuenta que todas esas tortitas y demás tentaciones que habitan en las estanterías del súper. Si no puedes resistir la tentación y el cuerpo te pide algo dulce de vez en cuando, no lo dudes: ponte manos a la obra y hazte unas sencillas galletas en casa.

2- Nada de precocinados. Están en la misma línea de los 'snacks'. Y es que no vamos a tener más dinero sin dar algo a cambio, y ese algo es nuestro tiempo. Nada de carísimas pizzas precocinadas si puedes hacerte la masa en diez minutos y hornearla tú mismo; y mucho menos lasañas, canelones, tortillas, croquetas, menestras de verduras congeladas (¿te has parado a pensar cuánto ahorras si compras las verduras?) y otros platos que nos salvan una cena, es cierto, pero también elevan mucho el coste de nuestra cesta de la compra. Además, claro, de que serán mucho más saludables.

3- Congelador, congelador y más congelador. Si te habitúas a utilizarlo, el congelador va a ser tu principal aliado en la labor de ahorrar en la cesta de la compra. No sólo porque si te acostumbras a cocinar en grandes cantidades y congelar no vas a tener la necesidad de pedir comida a domicilio, salir fuera a comer, o tirar de carísimos precocinados, sino que siempre tendrás listas tus lentejas, tus croquetas, tu crema de verdura o cualquier plato que se te ocurra cocinar.

¿Te has planteado hacer una gran lasaña una tarde que te sobren un par de horas y cortarla en porciones para luego congelarla? Te salvará cualquier ágape y te costará baratísima. Además, si te acostumbras a usar el congelador podrás sacar partido a cualquier alimento que encuentres a buen precio y de buena calidad. ¿Que te topas con una carne excelente a un precio ajustado? Pues elabora unas albóndigas caseras (nada más fácil) y congela en las porciones que te resulten cómodas.

4- Compra lo justo. Es preferible que tengas que bajar a comprar varias veces a la semana que tener que acabar tirando comida. Nuestro objetivo ahora que nos hemos propuesto ahorrar es no tirar nada, ni siquiera sobras. Ya puedes empezar a prepararte un pastel de pescado con los restos de merluza, incluso uno de macarrones si te ha sobrado pasta, y darle su uso al pan duro haciendo desde leche frita a unas torrijas de escándalo. Cuando veas que la verdura se te va a poner mala, elabora una crema, una lasaña, unas croquetas, empanadillas o lo que te guste más y directas al congelador. Todo suma.

5- Selecciona dónde compras. Seguro que vas corto de tiempo y tampoco vas a hacer un periplo por todos los supermercados de tu zona, pero al menos puedes concentrarte en dos. En lugar de comprar todo en aquél más caro, que en general tiene los productos que prefieres, haz, al menos, una parte de la compra en otro más económico, donde podrás adquirir productos básicos (los de limpieza, por ejemplo, y algunos de higiene) a precios probablemente más reducidos que en tu súper habitual. En la medida de lo posible, es recomendable ir al mercado a comprar productos frescos, pues no sólo suelen estar mucho mejor de precio, sino que además hay más variedad y suelen ser más buenos.

6- Adiós, rape y atún. Esta temporada os vamos a cambiar por pescados algo más económicos, hasta que vengan tiempos mejores. Es probable que esto implique que haya que romperse la cabeza en busca de recetas de pescado, pues hasta ahora, con nuestros pescados top preferidos, un golpe de plancha bastaba para que estuviesen deliciosos. Ahora vamos a tener que tirar de horno y de guarniciones de verdura y especias para dar un poco de alegría a esos pescados que no nos entusiasman tanto, pero es por una buena causa: el ahorro.

7- Utiliza descuentos y cupones. Cosa que suele implicar que compres por adelantado. Muchos supermercados te permiten acumular puntos, o te regalan cupones, o cuentan con frecuencia con interesantes ofertas de 3X2. Aprovéchalas. ¿Verdad que siempre vas a necesitar aceite de oliva para cocinar? Pues aprovecha ese descuento y tira de despensa.

8- Carne roja una vez a la semana. Lo dice la OMS, lo dice la dieta mediterránea, cualquier nutricionista con un mínimo de criterio y ahora te lo decimos nosotros: ese solomillito del que tirabas día sí día también, resérvalo para el fin de semana. Una vez a la semana y tu cuerpo tendrá su dosis de hierro y proteínas, que tendrás que completar con el que procede de otros alimentos.

9- Un poquito de 'do it yourself'. Hay cosas que puedes cambiar desde ya y que van a costarte lo mínimo. Si te gusta cocinar con especias puedes cultivarlas en tu balcón, pues al final acabas dejándote un dineral en esa albahaca fresca o en un romero fabuloso.

Lo mismo ocurre con el pan y la repostería: nada más fácil que hacer un gran bizcocho para desayunar durante la semana (y hay recetas a patadas) y hornear un buen pan con harinas de calidad para empezar a notar que tenemos más dinero en el bolsillo. Además de la satisfacción de haberlo hecho tú y esas cosas de las que, lamentablemente, no nos acordamos cuando nos cobran 10 € por un kilo de pan y dos cruasanes en la panadería bio de moda.

10- Reduce drásticamente tus salidas a comer, cenar o vermutear. Lo primero que hay que cortar por lo sano es ese picoteo callejero innecesario que, día tras día, nos hace gastar. Llámale café con leche y dónut a media mañana, o bolsa de patatas y zumo por la tarde, llámale gofre, crêpe, helado o como quieras llamarlo, pero redúcelo. No te aporta nada, tal vez ni siquiera vas a disfrutarlo en exceso porque a veces lo comes incluso por la calle, y siempre va a ser mejor que lo sustituyas por ese plátano que a partir de ahora vas a acostumbrarte a llevar en el bolso. Lo mismo ocurre con las cenas fuera de casa: si te pones en serio con algún buen libro de recetas, podrás cocinar en casa en muchas ocasiones y crear una velada especial en el hogar, sin necesidad de salir fuera.

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