Cuatro alternativas al azúcar blanco

¿Es malo el azúcar? Cada vez son más los estudios, especialmente desde la medicina alternativa, que alertan sobre los peligros de este alimento tradicionalmente tan presente en nuestra dieta. Hace tiempo que la llamada "guerra del azúcar" ha comenzado en países como Estados Unidos, donde los detractores de este alimento afirman que el consumo de azúcar acelera el desarrollo de numerosas enfermedades, entre ellas la diabetes o incluso el cáncer.

Numerosos ensayos (destaca Fat Chance: Beating the Odds Against Sugar, Processed Food, Obesity and Disease, del endocrino Robert Lusting) insisten en que el consumo de azúcar, especialmente en occidente, altera el funcionamiento normal de nuestro organismo y nos provoca hambre y cansancio, ocasiona desequilibrios hormonales, desajusta nuestros niveles de insulina en la sangre, y es la principal causante de las altas tasas de obesidad en el mundo occidental. De hecho, el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg ya prohibió en su día la venta de refrescos azucarados de más de medio litro, un ejemplo que demuestra que la obesidad y afecciones derivadas de ella tienen unos altísimos costes para el sistema de salud público.

Lo cierto es que comulguemos o no con las corrientes alarmistas sobre el azúcar y derivados, cada vez hay más productos que actúan como endulzantes y que pueden ser alternativas interesantes al azúcar blanco convencional. Por suerte, además, cada vez son más fáciles de hallar ya no sólo en herboristerías y tiendas bio, sino en muchos supermercados.

1- LA SACARINA, LUCES Y SOMBRAS

Sobre la sacarina siempre ha planeado el rumor de que es potencialmente cancerígena, y que favorece la aparición de tumores en las vías urinarias, pese a que numerosos estudios han defendido que para que este llegase a ser el caso la ingesta debería ser elevadísima. De hecho, en 1972 se llegó a prohibir el consumo humano en Estados Unidos, lo que propició que otros países, como Canadá, tomasen la misma decisión. Más tarde, en 1981, Estados Unidos levantó la prohibición, no sin antes obligar por ley a los productos edulcorados con sacarina a indicarlo en su etiquetado. A día de hoy, siguen siendo muchos los nutricionistas que desaconsejan consumir sacarina, al ser un edulcorante 100% sintético, y sustituirla por otros endulzantes, que pese a tener más calorías son mucho más saludables.

2- EL AGAVE, LA PLANTA QUE LLEGO DE MÉXICO

Es algo más caro que el azúcar, pero merece la pena invertir unos eurillos en su adquisición. Estamos ante el sirope de esta planta de origen caribeño similar a un aloe, cuyo jugo es altamente endulzante, aunque de sabor discreto, que contiene un 75% de fructosa y un 25% de glucosa, aunque tiene más calorías que el azúcar blanco convencional. Puede utilizarse para endulzar cualquier tipo de receta, desde repostería hasta un simple café. Conviene adquirirlo 100% ecológico e intentar sustituirlo por el azúcar en la medida de lo posible.

3-LA STEVIA, EL ENDULZANTE DE MODA

Es el endulzante de moda, que poco a poco ha ido ganando terreno incluso en muchos productos elaborados, como bollería y chocolate. Su ventaja es que es un edulcorante absolutamente natural, que procede de las hojas de sabor dulzón de una planta originaria de la cordillera de Amambay, entre Paraguay y Brasil, donde crece de forma espontánea, y que ya era consumida por los indios guaraníes mucho antes de la llegada de los españoles a América. Su inconveniente puede ser para muchos, principalmente, un sabor dulce muy particular, capaz de enmascarar los sabores de los ingredientes en lugar de acompañarlos. Como con todos los endulzantes y edulcorantes, sin embargo, no faltan sus detractores: hay quien apunta (pese a que ningún estudio científico en firme ha podido demostrarlo) que su consumo en grandes cantidades puede tener efectos sobre la fertilidad.

4- MIEL, UNA GRAN OPCIÓN

De todos los endulzantes y edulcorantes, ya sean azúcares o cualquiera de los que hemos citado en esta lista, el único sobre el que no planean sospechas de riesgos para la salud es la miel. Aporta, en su mayor parte, hidratos de carbono, aunque también vitaminas, minerales y enzimas importantísimas para el organismo. Por si esto fuera poco, tiene propiedades expectorantes y mejora las digestiones, además de aliviar la tos.