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GUÍA PARA ORGANIZAR TU MESA DE NAVIDAD

¿Sabes cómo colocar a la gente?, ¿y que no debes pasarte con los aperitivos?

Preguntamos a una mujer que sabe mucho de decoración, de cocina y de protocolo: Mercè Solernou, de Catering Mercès, que nos ha contado todo lo que necesitábamos saber sobre cómo organizar nuestra mesa navideña.

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Y es que no basta con comprar unas servilletas con dibujos de Papá Noel, u optar por unos salvamanteles rojos. Hay mil formas de engalanar la mesa de Navidad (incluso la casa) en función de si somos más o menos barrocos o de si lo nuestros es el minimalismo. Porque nos gusten o no estas reuniones familiares (son muchos los que tienen estas fechas más que atragantadas), si nos ha tocado hacer de anfitriones vamos a tener que crear un ambiente agradable y acogedor. Y vamos a conseguirlo gracias a los consejos de Mercè, a cargo desde hace años de uno de los caterings más prestigiosos del estado, un referente en Barcelona a la hora de dar de comer (y todo lo que rodea a este acto) en grandes eventos y celebraciones. Ella nos dio diez consejos que no debemos olvidar cuando nos pongamos manos a la obra a engalanar nuestro comedor, sea cual sea su estilo y dimensiones. Aunque al final, claro, acabamos preguntando a Mercè un sinfín de detalles sobre protocolo navideño muy importantes a la hora de preparar nuestros festejos.

1- La mantelería tiene que ser diferente. No es necesario escoger una mantelería típicamente navideña si no es de nuestro agrado, pero lo que sí tiene que quedar claro, asegura Mercè, "es que es un día especial y que no vamos a utilizar el mismo mantel que en otras ocasiones". Una norma que, en realidad, deberíamos aplicar a todo lo que vaya a formar parte de nuestra mesa, desde la cubertería a la cristalería o, por supuesto, el menú. "No hace falta que escojamos un mantel dorado, ni plateado, ni siquiera roja. Lo único que es verdaderamente fundamental es que sea diferente", sentencia Mercè.

2- En la mesa tiene que haber más cosas de las que habría habitualmente. Lo que no significa que la tengamos que llenar de objetos, sino simplemente que hemos de escoger un elemento que va a ser la seña de identidad de nuestra mesa navideña. "Pueden ser flores, pueden ser bolas, velas o puede ser un simple centro de mesa", afirma Mercè. Una mesa en rojo con unas flores blancas en el centro es una buena manera de celebrar la Navidad de forma elegante y clásica, dando un sutil toque navideño al ambiente sin necesidad de apostar por recargarlo en exceso. Eso no significa que una bonita mesa navideña repleta de detalles no sea un lujo para los sentidos. "A lo largo de mi carrera", afirma Mercè, "he visto mesas minimalistas preciosas y otras abarrotadas increíbles". Cualquier opción es buena, pues, siempre que nos acompañe el buen gusto, algo con lo que se nace, por supuesto, aunque según Mercè también puede entrenarse.

3- La casa, al igual que la mesa, también tiene que tener elementos diferentes. Si no nos gusta el árbol de Navidad o el pesebre, ¿qué tal un bonito ramo de flores en alguna esquina? Mercè es muy partidaria de las flores frescas: "en cuanto la gente entra en una casa se fija en la mantelería, las flores y los platos, son los tres elementos principales. El resto suele pasar desapercibido. Por lo tanto son tres detalles que tenemos que cuidar". En cuanto al árbol, Mercè lo tiene claro: siempre natural.

4- Es importante cómo sentamos a nuestros invitados, ya que en la mesa navideña confluyen personas de todas las edades y, como asegura Mercè, "con todo tipo de estómagos". Es recomendable que las personas mayores estén centradas, pues no solo suelen oír menos sino con toda probabilidad tienen menos Navidades por delante. Los más jóvenes estarán siempre en las puntas.

5- En este sentido, como la mesa navideña es una confluencia de todo tipo de estómagos, "es complicado que todo el mundo quede satisfecho a la vez". Por tanto, es recomendable disponer de una "plato comodín", que se sirva entre medio, y del que puedan prescindir todos aquellos que se sacien antes. ¿Un ejemplo? "En Cataluña el menú clásico de Navidad es la sopa, seguida de una carn d'olla –los ingredientes con los que se ha elaborado la sopa, un plato que tiene su versión regional en casi toda España– y, por último, el capón. La carn d'olla actúa como plato regulador, del que muchos pasarán porque ya se habrán quedado bien con el aperitivo y la sopa y que, por el contrario, hará las delicias de los más comilones.

6- Nos estamos desviando del aspecto puramente decorativo, pero hablando de aperitivos, ¿no suele pasar que nos excedemos con los aperitivos y quien más quien menos llega saciado a la comida? Según Mercè, tenemos que evitar eso a toda costa, ya que la idea es que la comida o cena navideña se disfrute poco a poco, sin prisas, saboreando todos y cada uno de los alimentos que llegan a nuestra mesa. Por ello, bajo ningún concepto "deben servirse más de tres o cuatro aperitivos", afirma Mercè. Eso sí, que haya cantidad para que nadie se quede con ganas y, sobre todo, que sean fríos. "La mesa de Navidad es un lugar para disfrutar con los nuestros, y si planteamos aperitivos calientes vamos a tener que estar en la cocina mientras nuestros invitados ya están sentados". Por ello, Mercè nos recomienda algo de marisco, salmón y un buen jamón de bellota, por ejemplo. No necesitaremos nada más.

7- Tampoco es necesario abrir la bodega al completo. "Con un buen cava de aperitivo y con los turrones, y un tinto durante toda la comida habrá más que suficiente", asegura. Una comida en la que, por cierto, queda terminantemente prohibido encender la tele.

8- No conviene abusar de los postres. Estas comidas navideñas copiosas y calóricas son grandes enemigas de postres contundentes y cremosos, como esos brazos de gitano o tartas que nos llegan en muchas ocasiones tras la comilona. La mejor opción es la fruta: "una naranja cortada, bien presentada, muy apetecible en invierno" será más que suficiente.

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