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Cómo preparar helados y polos caseros saludables y ligeros

¿Fan de los helados? ¿Darías tu reino por un polo refrescante? Te puedes preparar polos y helados saludables, ricos y moderadamente calóricos en casa para echarles mano en cualquier momento. ¿Empezamos?

Cómo preparar helados y polos caseros saludables y ligeros

Cómo preparar helados y polos caseros saludables y ligerosiStock

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Podemos prepararnos polos ricos y dulces sin emplear grandes cantidades de azúcar si seguimos las recomendaciones de la cocinera Àngels Puntas, directora de la escuela La Patente, en Barcelona: “Si escogemos fruta muy madura, en un estado de madurez óptimo, esta aportará dulzor por sí sola sin necesidad de añadir azúcares, aunque siempre podemos añadirlo si nos gusta sabiendo que las piezas resultantes serán mucho menos saludables”. Puntas recuerda, además, que lo primero que tenemos que pensar a la hora de elaborar un helado casero es cuáles son nuestros preferidos: “Si nos gustan las texturas más densas tenemos que escoger frutas como el plátano o el mango, y si preferimos las más ligeras lo recomendable es tirar de sandía, melón o fresa, entre otras frutas que tienen un mayor contenido en agua”

A partir de ahí, y con las frutas de temporada más maduras en la mano –para ello, es fundamental no escatimar con el precio, pues valdrá la pena pagar un poco más por una buena fruta de proximidad de la mejor calidad que nos aporte un sabor intenso y dulce–, ya podemos empezar a experimentar con todo tipo de técnicas y combinaciones para crear en casa helados y polos ricos y artesanos. ¿Empezamos?

Escoge la grasa que más te gusta

Para hacer helados, la idea es mezclar la fruta de temporada triturada con una grasa, que puede ser desde leche a nata, leche en polvo, leche condensada, crema de cacahuete, leche evaporada e incluso mantequilla, yogur griego o algún queso fresco batido. “La nata no es tan saludable y es muy calórica, pero va a aportar cremosidad al helado, aunque si empleamos un yogur griego de calidad sin azúcar también obtendremos ese toque cremoso de forma más sana”, continúa la directora de La Patente.

Para las más atrevidas, Puntas recomienda emplear ingredientes que a priori no asociamos con el mundo de los helados. “El aguacate, por ejemplo, es muy interesante a la hora de aportar cremosidad, y si se combina con cacao en polvo y sirope de agave es una delicia”, explica la cocinera. Solo tenemos que introducir la mezcla en el congelador y remover cada cierto tiempo para que vaya adquiriendo la textura deseada.

Helados más ligeros

Si te resistes a emplear nata y otros ingredientes calóricos porque lo que buscas es una pieza baja en calorías, nada mejor que escoger opciones como el agua de coco (perfecta si la combinamos con plátano) o la nata de coco, que es algo más densa. “Las bebidas vegetales, desde soja a avena o almendra, pasando por la chufa, son ideales para combinar con una o varias frutas”, explica Puntas, quien recomienda congelar con la mayor rapidez posible mediante la tecla superfrost para que nuestro helado casero no pierda sus propiedades.

Polos
Polos | iStock

Otra opción para conseguir helados más ligeros con mucho sabor es utilizar ralladura de lima o de limón o hierbas mediterráneas. “Un polo de melón con albahaca, por ejemplo, es una gran opción baja en calorías para un polo casero. Si le añadimos unos frutos rojos, que nos aportan muchísimos antioxidantes, y acabamos con una cobertura de chocolate negro para darle un toque diferente ya tendremos una gran receta, fácil y original”, explica Puntas.

Recuerda: ¡todo vale!

Una vez escogemos las frutas que más nos gustan e ideamos todo tipo de combinaciones, Puntas recomienda, para dar al helado una textura más densa, “Añadir trocitos de galleta crujiente, semillas o frutos secos enteros o triturados, que aportarán un punto crunch muy interesante”.

A vueltas con el azúcar

Puntas insta a apostar siempre por los polos y helados caseros que, aunque lleven algo de azúcar o grasas, “Su contenido siempre será más moderado que el de los industriales”. Así pues, lo ideal es aprovechar los azúcares propios de las frutas y, si queremos una textura perfecta, añadir azúcar invertido. “El azúcar invertido se emplea en los helados y polos industriales para impedir la cristalización de la mezcla, de manera que si queremos una textura perfecta siempre podemos usarlo en casa”, explica la cocinera. Si no, podemos optar por alguna alternativa al azúcar como miel, sirope de agave, xiritol, melaza o cualquier otro endulzante que nos guste.

Imaginación al poder

Cacao con avellanas, fresas con naranja, dátiles con tahín y vainilla, manzana y canela con queso fresco batido y frutos rojos… Las combinaciones son incontables y dependen de nuestros gustos y nuestra imaginación. Si tenemos Thermomix en casa, Puntas recomienda tirar de ella. “La Thermomix nos ayudará a que los ingredientes se trituren bien y el helado quede homogéneo”, señala.

Rizando el rizo

La experta recuerda que es posible preparar helados ricos en proteínas, que son los que llevan desde yogur griego a queso o requesón. Si los queremos veganos nada mejor que optar por el tofu, que dará al helado una textura sedosa. “Si combinamos el tofu o el requesón con ingredientes como la canela, el cardamomo o la vainilla, y añadimos una clara de huevo pasteurizada, nos quedarán helados buenísimos ricos en proteínas”, explica.

Diferentes formas y moldes

¿Y si servimos el helado casero en una cáscara de naranja o limón? También podemos cortar un tetrabrik de leche en horizontal para elaborar pequeños polos o emplear una cubitera para crear bolas de helado que podremos añadir a nuestros pasteles caseros, junto con unas hojitas de menta, por ejemplo, para crear postres originales y sofisticados con un sencillo toque.

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