Cómo preparar un buen desayuno inglés

Los ingredientes por persona (sí, ¡por persona!) de un desayuno inglés clásico son un huevo, champiñones, medio tomate, un par de lonchas de bacon ahumado, una salchicha fresca, alubias blancas, black pudding (parecido a la morcilla) y un par de tortillas de patata. Ligerito, ¿no? Pero para estos días de invierno es perfecto: empezarás el día con energía y ganas de comerte el mundo. Si tienes previsto preparar un verdadero british breakfast, conviene adelantar trabajo preparar las tortitas de patata y las alubias el día anterior, más que nada para que, cuando hayas terminado de preparar el desayuno, no sea ya la hora de comer.

Para las tortitas, que vienen a ser algo parecido a un rosti suizo, se necesitan patatas, aceite de oliva, sal y pimienta. Si no tienes suficiente con la contundencia de tu desayuno inglés, puedes añadir un huevo a la masa de las tortitas. Para prepararlas, hay que rallar las patatas en julianas y escurrirlas bien para retirar toda el agua. Será suficiente pasarlas por un colador y apretar bien. Añadimos sal y pimienta, formamos unas tortitas y las freímos en una sartén con un chorro de aceite de oliva virgen. Secamos el aceite en exceso y listo.

Preparar las alubias es un proceso algo más engorroso, pero el resultado bien merece el esfuerzo. Necesitaríamos alubias secas, pero para acelerar puedes utilizar alubias blancas de bote. Además, nos hará falta cebolla, ajo, guindilla, miel, vinagre y tomate triturado. En un chorro de aceite de oliva virgen, doramos la cebolla, el ajo y la guindilla y, si nos gusta, unas hierbas aromáticas. Incorporamos una cucharita de miel y dos cucharas soperas de vinagre blanco suave y el tomate triturado y dejamos espesar. Añadimos las alubias y dejamos cocinar durante unos 15 minutos.

Teniendo estos dos ingredientes listos, el resto se prepara en un abrir y cerrar de ojos. Lo bueno de este desayuno es que, a pesar de tener muchos ingredientes, puedes cocinarlos todos en la misma sartén. Empezaremos por los champiñones, cortándolos en láminas más o menos finitas según tu gusto y salteándolos con un chorro de aceite de oliva virgen, sal y ajo.

Cuando estén listos, los retiramos de la sartén y ponemos a asar el medio tomate durante un par de minutos. Tiene que dorarse pero si nos pasamos se ablandará demasiado hasta deshacerse, por lo que debemos tener cuidado en este paso y no sacar el tomate del fuego demasiado pronto o demasiado tarde.

Cuando tengamos los vegetales listos, será el momento de pasar a dorar la salchicha, el black pudding y el bacon. Conviene empezar con la primera, ya que tardará más en cocinarse, y luego añadir la morcilla y por último el bacon.

Una vez el bacon esté crujiente, podemos retirar todos los ingredientes y aprovechar la sartén caliente y con el sabor de los embutidos para freír el huevo. Aquí, para gustos los colores. Los hay quiénes lo fríen hasta que la yema cuaje, y quienes prefieren darle justo un toque para que la clara se haga.

Sea como sea, mientras se fríe el huevo podemos montar el plato. Como decoración, en el caso en que tengas invitados, serán suficientes unas hojas de cilantro o perejil. ¿Y para beber? Café, o té, si quieres sentirte como un Lord, y zumo de naranja recién exprimido.