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Te explicamos cómo evitarlo

Cómo no engordar en Semana Santa: nuestros 10 consejos

Ojo con el potaje de vigilia, la torrija o la mona de Pascua. A ver si en cuatro días vas a volver con cuatro kilos de más... Te damos 10 consejos de sentido común que creemos que te van a salvar de una hecatombe calórica.

No acabes como un cerdito... cuídate.

No acabes como un cerdito... cuídateMorguefile

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Lo mismo es porque aún no hace falta ponerse el bikini, o porque vemos muy lejos los días de playa, pero el caso es que en Semana Santa engordamos como locos. No obstante, te traemos un decálogo de consejos para evitar que te pongas como Falete en un buffet libre. Allá vamos:

El dulce, el primer día. Entendemos que, claro, son tiempos de torrijas, mona de Pascua y demás dulzainas, y que te apetecen... Pero, ¿no crees que lo mejor es comer un poquito el primer día y dar por terminada la ingesta de azúcar? Ten en cuanto que lo poco gusta y que lo mucho empalaga. Un trocito de torrija en Jueves Santo y, ¡hala!, hasta el año que viene.

Frénate en las quedadas con amigos. Seguramente te enfrentas a una maratón de quedadas con amigos que incluirán tapeo y cañas de por medio. Acude, sí, pero con el freno de mano echado. Ten en cuenta que luego te tocará comer o cenar en casa y que, todo lo que tomes, sumará calorías a unas fechas ya de por sí tremebundas en lo calórico.

Bebe agua. El hecho de estar en Semana Santa no quiere decir que haya que desmandarse con el consumo de alcohol en cenas y comidas. Lo ideal es que no alteres tu rutina habitual: es decir, si normalmente no comes con un Rioja o no cenas con una cerveza no lo hagas por el hecho de estar en vacaciones. Sigue con tu vasito de agua y ya verás que bien te va.

Aprovecha para hacer ejercicio. Vale, estás fuera de tu ciudad habitual y, por tanto, quizá el gimnasio te quede lejos. Pero eso no puede ser excusa para apalancarte. No olvides caminar o coge tu vieja bici, queda con los amigos del instituto para jugar un partido, sal a correr... Cambia "Semana Santa" por "Semana Sana".

Piensa que el verano está a la vuelta de la esquina... Es verdad: no te vas a dar tu primer baño en estos días, pero el primero de la temporada está a la vuelta de la esquina. No te engañamos, zagal/a. En apenas dos meses estarás en una piscina o playa presumiendo de cuerpazo así que mejor empezar con la operación Bikini cuanto antes, ¿no?

Comparte los platos. En comidas fuera de casa, tendemos a dejarnos llevar y pedirnos primero, segundo y postre. Busca compartir las raciones para no añadir calorías superfluas.

Buenos desayunos, cenas ligeras. Procura no saltarte el desayuno aunque hayas cenado de más la noche anterior. Si lo haces, volverás a ese bucle demencial de "que hambre tengo" a la hora de la comida y "me jamaría un buey" en la cena.

No vayas a un hotel con buffet. Este es un problema muy gordo (nunca mejor dicho). Decidimos que queremos descansar del estrés del día a día y elegimos un hotel con buffet libre. La que has liado: suelen estar llenos de platos hipercalóricos que lo único que van a hacer es reforzar tus lorzas. Evítalo y, si ya la has fastidiado, trata de comer con cabeza o, en otras palabras, con minfuldness.

Aprovecha para cocinar... cosas ligeras. Tienes más tiempo y ya no hay excusa para comer cualquier cosa o jartarte de precocinados. Aprovecha para hacerte un pescadito al horno o unas ensaladas creativas. Te ejercitarás como cocinillas y te cuidarás.

Lee, escucha música, no te entretengas comiendo. Si eres de los que, cuando tienes tiempo libre, te dedicas a comer, cambia de vida: en lugar de lanzarte a por el chocolate, lee un libraco. Pasa de las patatas fritas y ponte un cd. Y suerte, colegui.

 

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