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MITOS Y VERDADES SOBRE LA LECHE DE VACA (Y BEBIDAS ALTERNATIVAS)

¿Es cierto que todos deberíamos tomar leche sin lactosa?

No es cierto que la leche de vaca y con ella los productos lácteos sean por definición nocivos para nuestra salud. Sí lo es que muchas personas no toleran bien la lactosa, pero no por ello los que sí la toleran deberían cambiar sus hábitos. Si somos de los primeros, podemos aderezar nuestros cafés con estas bebidas vegetales alternativas.

 

leche

No todo el mundo digiere bien la leche de vaca, ¿qué hacer en esos casos? Cocinatis

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En los últimos años se ha desarrollado un sentir general anti-lácteos que nos hace sentir culpables cada vez que hincamos el diente a un pedazo de Brie. Por un lado, nos bombardean con anuncios de productos cargados de calcio por su importancia para los huesos, especialmente para las mujeres de una determinada edad, y por otro desde las corrientes más alternativas nos dicen que la leche es el demonio.

¿Quién está en lo cierto? Es difícil de discernir teniendo en cuenta que encontraremos expertos que defienden firmemente, apoyándose en estudios, ambas opciones: eliminar la leche de nuestras vidas y potenciar su consumo por sus numerosas propiedades. Aitor Sánchez, nutricionista y autor del blog www.midietacojea.com, se declara, en principio, “enemigo de tomar productos sin lactosa por definición”. Para Sánchez, “las teorías en contra de la lactosa en adultos sostienen que somos el único mamífero que continúa tomando leche durante la edad adulta, y es cierto. Pero también es cierto que somos los únicos que usamos ordenadores o que hacemos muchas otras cosas. Con esto quiero decir que no es un argumento suficientemente sólido: que nuestro organismo ha evolucionado y se ha adaptado para tolerar la leche de vaca”.

Aunque no en todos los casos, admite. “Es cierto que hay gente que no digiere bien la lactosa, pues les hace pesadas las digestiones. En este caso, bienvenidos los productos sin lactosa. El error que comete mucha gente es el de creer que la lactosa es mala por definición y la elimina de la dieta al tiempo que la sustituye por productos sin lactosa. Eso es un error, pues lo que consigues es que tu cuerpo empiece a no tolerar la lactosa. La conclusión es que si te sienta bien la leche y derivados los consumas sin problemas”.

Cuando decimos sin problemas no nos referimos, quede claro, a como si no hubiera un mañana. La leche es una fuente importante de calcio y proteínas, pero también de grasa, de manera que no debemos abusar dado su aporte calórico. Además, es cierto que hay muchos otros alimentos ricos en calcio, como las espinacas, los garbanzos, el brócoli o la soja.

No obstante, es cierto que para la correcta digestión y absorción de la lactosa de la leche es necesaria una enzima que mucha gente va perdiendo a medida que crece. Es por ello que en adultos hay tantos casos de intolerancia a la lactosa o, si no podemos llegar a hablar de intolerancia, sí de malas digestiones y malestar. Por este motivo en los últimos años han aparecido numerosas bebidas vegetales alternativas a la leche de vaca para todos aquellos que no quieren renunciar a beber leche pero sí a los inconvenientes de la lactosa. En este sentido, Aitor Sánchez alerta: “yo sólo digo que cuando empieza a demonizarse un alimento suele ser porque detrás encontramos otros que quieren ocupar su lugar. No digo que siempre sea una campaña orquestada, sino probablemente algo espontáneo, pero no debemos olvidar que a medida que se desprestigia la leche de vaca emergen otras bebidas deseosas de ocupar su lugar en nuestras vidas”.

Y que se han hecho, efectivamente, un hueco en la vida de muchas personas. Las bebidas vegetales irrumpen con fuerza y estas son algunas de las más populares.

Leche de soja. Conviene diferenciar entre una bebida de soja en estado puro y una de las que encontramos en el súper, que suelen contener una gran cantidad de azúcar. La soja es una fuente de aminoácidos esenciales, de isoflabonas, es rica en proteínas y contiene calcio y fósforo. Sin embargo, su nivel de nutrientes dista mucho del de la leche de vaca. También la leche de soja, de hecho, mantiene dividida a la comunidad médica: hay quien desaconseja su consumo, quienes recomiendan consumirla con moderación y, por último, los que recomiendan eliminarla de al dieta con el argumento de que la soja es altamente tóxica, que altera nuestro equilibrio hormonal y que en su mayoría suele ser transgénica.

Leche de avena. La avena es uno de los cereales más completos y equilibrados nutricionalmente, por tanto uno de los más recomendables. Además, elaborar una bebida de avena en casa (insistimos en que se les suele llamar leche por su enorme similitud con esta bebida, pero que en realidad se trata, para ser exactos, de una bebida vegetal) es muy sencillo y cada vez hay más gente que tiene su propia bebida 'homemade' sin recurrir al supermercado, donde este tipo de leches suelen llevar aditivos que modifican su sabor original. La avena actúa contra la ansiedad y el estrés, es una gran fuente de calcio, carbohidratos y proteínas y ha demostrado ser efectiva para ayudar a reducir el colesterol.

Leche de arroz. Es, de todas, la que probablemente tiene un sabor más discreto y también puede prepararse en casa con facilidad. Tiene un bajísimo contenido en grasas, es muy digestiva, nada densa y contiene hidratos de carbono y vitamina B, entre otros nutrientes, lo que la convierte en un desayuno excepcional para todos aquellos que realizan actividades físicas.

 

 

 

 

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