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FALLAMOS EN LA CANTIDAD DE COMIDA, PERO TAMBIÉN EN EL TIPO DE ALIMENTO

¿Un bol de leche con cereales y a la cama? 5 errores en la cena que te impiden adelgazar

¿Estás engordando? Puede que el problema esté en la última comida del día. Descubre los alimentos que debes incluir en ella para que tu dieta sea equilibrada y no te dejes nutrientes por el camino.

Bol de leche con cereales

Bol de leche con cerealesistock

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Seguro que has escuchado este viejo refrán muchas veces: "Desayuna como un rey, come como un príncipe, y cena como un mendigo". Y algo de razón tiene.

La mayoría hacemos todo lo contrario. Utilizamos esos 10 minutos del desayuno para remolonear un poco más en la cama, a las 3 de la tarde aprovechamos un hueco de 10 minutos para comer algo rápido y luego llegamos a la hora de la cena con un apetito digno, no de un rey, sino de toda la familia real con corte incluida. Además, suele ser el momento del día en el que podemos dedicar más tiempo para preparar un plato más elaborado, así que incluimos alimentos que no son acordes con nuestras necesidades.

¿Cuánto cenar?
Es cierto que las cantidades deben ser menores que a la hora de la comida y que debemos evitar algunos alimentos que están recomendados para las primeras horas del día porque nos aportan más energía. Pero tampoco podemos caer en el error de saltarnos esta última comida, porque es contraproducente.

Primero, no es saludable ya que no aportamos a nuestro organismo la cantidad de nutrientes esenciales diarios y, además, podemos sufrir ataques de hambre antes de ir a dormir y acabar picando alimentos que solamente suman calorías vacías. Tampoco es agradable conciliar el sueño con el estómago vacío, ¿verdad?

¿Un poco de fruta y un tazón de leche con cereales?
A veces se nos ocurre que en vez de prepararnos una buena ensalada o unas verduras con un filete de carne a la plancha, es mejor recurrir a un par de piezas de fruta o a un tazón de leche caliente con un buen puñado de cereales.

Error. Si elegimos una de estas dos opciones nos estaremos dejando nutrientes por el camino y, además, puede que estemos tomando más calorías que si cocinamos un pescado al horno, sobre todo si nos decantamos por esos crujientes cereales azucarados. Fuera pereza y ¡a cocinar!

Encuentra las proteínas
Hay que evitar esa sensación que definimos como “ya no me cabe nada más”. Afectaría a nuestra calidad de sueño y probablemente estaríamos aportando un exceso de calorías que se acumulan en forma de grasa. Pero sí hay que tomar alimentos que nos sacien.

La mejor opción es comer productos con un alto contenido en proteínas, que tienen ese efecto saciante que buscamos, y con pocas grasas. Por ejemplo, las carnes blancas como el pavo, el pollo o el conejo o pescados como el atún o el salmón.

¿Y los hidratos de carbono?
No es malo incluir carbohidratos a esta hora del día, pero te recomendamos que lo hagas en forma de verdura.

Aumentarás la sensación de saciedad, no sumarás grasas y sí vitaminas y minerales. También puedes optar por el pan de manera moderada. ¡Y no te olvides del postre! Un lácteo desnatado es perfecto para poner punto y final a tu cena. Y si no estás del todo saciado toma una infusión antes de irte a la cama.

Despídete de las salsas y los fritos
Como ya sabrás, la manera de cocinar afecta muchísimo a la cantidad de nutrientes que recibe nuestro organismo.

Si optas por unos filetes rebozados, unas alitas de pollo bien fritas o unas deliciosas croquetas, estamos aumentando la cantidad de grasas y disminuyendo las proteínas, vitaminas y minerales.

Elige formas de cocinar más saludables como a la plancha, al horno o al vapor, que respetan mucho más los nutrientes y no nos aportan calorías vacías. Además, a esta hora es muy recomendable olvidarse de las salsas más calóricas, como todas aquellas que incluyen queso, nata o mantequilla.

Aliña tus cenas con vinagretas, especias, limón y nunca olvides el chorrito de aceite de oliva. ¡Viva la dieta mediterránea!

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