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Los afrodisiacos no existen, pero...

Añade estos 10 ingredientes a tu cena de San Valentín y te pondrás juguetón

Ey, llega el Día de los Enamorados y seguro que quieres una noche movidita. Con estos 10 alimentos subirás la temperatura de la mesa. Ohhhh....yeah.

Mujer comiendo plátano

Mujer comiendo plátanoiStock

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Mañana es San Valentín y tienes dos opciones: a) Llevar a tu chica a comer a un restaurante ñoño con un violinista y regalo de rosa incluido o b) Preparar tu propia cena incluyendo algún ingrediente que suba la temperatura y haga que el picorcillo surja. Hagas lo que hagas, toma nota de estos 10 supuestos afrodisiacos. La ciencia dice que no existen, pero quizá tu cuerpo diga otra cosa...

Canela. Un clasicazo que no puede faltar en el postre que le pongas en la mesa a tu pareja. Si quieres, te recordamos con qué puede ir bien. Está fetén ponerla con unas manzanas asadas, con un arroz con leche o con unos buñuelos. El tema es que favorecen la irrigación sanguínea y, por tanto, que las erecciones duren un ratito más, lo que siempre es de agradecer.

Guindilla. Bienvenido al universo del picante. La guindilla, además de poner fuego en tu garganta, también te da calorcito en el resto del cuerpo. Además, favorece la generación de endorfinas, lo que hace que tengamos una sensación parecida a la que notamos cuando estamos teniendo relaciones sexuales. Y ya que estamos en esas, ¿por qué no seguir?

Vino tinto. Aquí pasa lo que pasa siempre con el alcohol: que la dosis que nos metamos es la clave. Un par de copas de vino tinto pueden hacer que se nos vaya un poquito la olla (lo cual, para que engañarnos, es interesante) y, además, también favorecen la circulación sanguínea. El resto ya depende de no excedernos con la dosis para no ponernos a dormir la mona.

Maca. A veces, el 'dopaje' para una noche de acción se encuentra en ingredientes insospechados. Es lo que ocurre con el polvo de maca, una raíz andina que posee cualidades vigorizantes capaces de ponernos en guardia para una sesión amatoria intensa. Por si acaso lo necesitáramos, también echa un cable con los problemillas eréctiles.

Huevos. Aquí hemos tenido suerte porque hay poca gente que no disfrute de los huevos en alguna de sus versiones, ya sea fritos o en forma de tortilla. Además, nos encontramos con unos aliados en la causa amatoria ya que son una fuente importante de zinc, que es muy importante para la producción de testosterona. ¿Unos huevos rotos?

Ajo. Que el ajo es un potente estimulante nadie lo duda. Eso sí, asegúrate de que tu pareja soporta el olor. La clave de su éxito reside en la arginina, una sustancia que se encuentra en los dientes del ajo y que es un poderoso vasodilatador. Y ya se sabe, si la sangre fluye... prueba con meterlo en algún asado al horno o en unas alitas de pollo.

Piñones. Sí, son caros carísimos, pero también hay que tener en cuenta que no se necesitan demasiados para lograr que la testosterona fluya por nuestro cuerpo a lo grande. ¿La razón? Al igual que en el caso de los huevos, el zinc que contienen estos pequeños frutos secos y que nos pueden animar a hacer una salsa pesto para cenar en San Valentín.

Apio. Vaya, este vegetal no es precisamente uno de los más populares y hay quién encuentra su olor o su sabor demasiado fragantes. Sin embargo, no hay que subestimar su poder de seducción. La razón es que contiene androsterona, una hormona masculina cuyo olor puede despertar una reacción sexual en las mujeres así que quizá no está de más meterlo de rondón en alguna receta...

Aguacate. La leyenda dice que nuestros antepasados lo tomaban para aumentar su deseo sexual. Esta creencia puede tener que ver con la forma del fruto, su tacto sensual o vaya usted a saber qué. Lo que sí es cierto es que son una importante fuente de vitamina E, que ayuda a que nuestra energía no decaiga y a que lo demos todo cuando es necesario...

Granada. Las semillas de esta fruta, además de ser un añadido perfecto para cualquier ensalada por colorín, sabor y textura son unos potentes antioxidantes que, aunque no hicieran nada más, permitirían que la sangre circulara divinamente por tu cuerpo. Es decir: si quieres que todo funcione como debe en la cama, introdúcela en tus recetas.

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