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Afecta a los niños

¿Fumas en casa? Estas son las consecuencias para tus hijos

Hay personas fumadoras que saben que el tabaco es malo, pero no encuentran el motivo determinante para dejar de fumar. ¿Eres una de ellas? Igual no lo harías por tu propia salud, pero sí por la de tus hijos.

Fumando con niño delante

Fumando con niño delanteiStock

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¿No sabes todas las consecuencias que puede tener para ellos? Sigue leyendo. ¿Tan frecuente es el problema del tabaquismo? Por desgracia, sí. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es una de las grandes epidemias actuales. En estos últimos años, el tabaco se ha hecho más frecuente en la mayoría de países desarrollados. Y, por tanto, todas las enfermedades que asocia.

¿Por qué es tan malo el tabaco?

Por si no lo sabías, el humo tiene más de 7.000 sustancias químicas, de las que 250 son tóxicos conocidos.

Vale, ¿y cuáles son esas consecuencias que tiene para un niño que se fume (o haya fumado) a su alrededor?

Los hijos de padres fumadores, cuando enferman, tardan más tiempo en curarse, así que faltan más al colegio. Tenemos muchos, muchos estudios que demuestran que niños expuestos al humo del tabaco tienen más catarros, sibilantes (popularmente conocidos como “pitos”), crisis de asma (más crisis y más severas), bronquitis, neumonía. En general, más procesos respiratorios. ¿Por qué? Porque se trata de un gran irritante.

Parece que también hay más infecciones de oído y caries en dientes de leche en hijos de padres fumadores. ¿Seguimos? La exposición al humo del tabaco en la infancia se relaciona con el desarrollo de arterioesclerosis años después y con un mayor riesgo de cáncer. Parecen motivos más que suficientes para que te lo plantees seriamente.

¿Y en los recién nacidos? ¿Importa si la mamá ha fumado en el embarazo o ha sido fumadora pasiva? Pues también. Hay más posibilidades de muerte, prematuridad, malformaciones, consecuencias negativas para el desarrollo cerebral del bebé o bajo peso al nacimiento.

Una vez que el bebé nace, sigue siendo muy vulnerable al humo del tabaco. Aquellos bebés cuyos padres fuman tienen más riesgo de muerte súbita del lactante. Se estima que, en un 25-40% de los casos la mamá fumaba en el embarazo y es tres veces más frecuente en niños con alguien que fuma a su alrededor.
Fumar
Fumar | iStock

“Pero yo fumo en el patio” puedes pensar.

Aunque no fumes al lado de tu hijo, el humo del tabaco se queda pegado en boca, manos, ropa y superficies de alrededor. A tu hijo le pueden estar llegando las sustancias nocivas del tabaco. Esto se conoce como humo de tercera mano. Al tocarlo o estar con el niño, pasará a ser fumador pasivo.

¿Aún no te convences? Habla con vuestro pediatra. En orina se puede analizar la cotinina, un producto de la nicotina. Así se puede medir la exploración a este compuesto del tabaco, aunque otros como el monóxido de carbono no tenemos forma de medirlo.

No te engañes, no sirve de nada. Igual no fumas dentro de casa, pero cada día vemos a padres fumando en los parques o cuando pasean a sus bebés. Aunque estemos al aire libre, esos niños también están expuestos al humo del tabaco. Sé consciente de ello. Fíjate cuántos niños asmáticos su ropa huele a tabaco. ¿Crees que es normal? Pues aún esos padres a veces no entienden cómo su hijo recae tanto.

¿Fumar delante de los niños es sólo malo por las consecuencias directas en ellos?

Por supuesto que no. Los mayores somos el ejemplo de los niños, ellos copian lo que hacemos, somos sus modelos. Si un niño se cría en un ambiente de fumadores, ¿no crees que es muchísimo más probable que sea fumador en la adolescencia/edad adulta? Pues eso también está estudiado. Está demostrado que los adolescentes hijos de padres que fuman tienen 3 veces más posibilidades de fumar que los que no tienen padres fumadores.

Fíjate lo importante que es ser un buen ejemplo, estamos en cifras muy preocupantes. Uno de cada 3 adolescentes de entre 14 y 18 años ha fumado en el último año. ¡Uno de cada tres menores de edad! Las cifras son, cuanto menos, alarmantes. Es fundamental predicar con el ejemplo. Plantéate el cambio. No sólo para tu beneficio, sino también para el de tu familia.

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