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Por qué deberías dejar de tomar productos desnatados

A menudo la gente se sigue sorprendiendo cuando los nutricionistas no recomendamos comprar desnatados y es que uno de los mayores errores en la historia de la nutrición y la alimentación, ha sido demonizar las grasas. Muchas personas continúan dudando si incluirlas en la dieta por “miedo” a que dañen su salud o les hagan acumular más grasa, pero multitud de estudios han desmentido esto. A día de hoy podemos asegurar que la opción entera de un producto es mejor que la desnatada, sobre todo para población sana, pero también para algunas patologías incluidas el sobrepeso y la obesidad. Y es que existen muchos mitos en torno a los desnatados.

No elijas productos lácteos desnatados

No elijas productos lácteos desnatadosNo elijas productos lácteos desnatados

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1. Engordan más porque aportan más calorías: Falso. Las calorías no son lo único que importa.

Uno de los motivos por lo que se demonizó el consumo de grasas en la alimentación fue que este nutriente aporta 9 kcal por gramo, y proteínas e hidratos de carbono 4 kcal por gramo cada uno. Sin embargo, cada vez vemos con mayor claridad que las no tienen tanta importancia como otros factores de mayor peso: saciedad y estado hormonal, en los que precisamente las grasas juegan un papel esencial ya que son muy saciantes y favorecen un estado hormonal adecuado, mucho más importante que las calorías. Por eso se puede afirmar que elegir la opción entera de un producto es mejor que decantarse por la desnatada, porque es simplemente, más saciante.

2. Las grasas saturadas son malas para tu salud: Falso. Las grasas saturadas presentes de forma natural en los alimentos como los lácteos, no dañan tu salud.

Profesionales de la nutrición poco actualizados siguen recomendando una dieta baja en grasas, la mayoría consideran “grasas buenas” a aquellas con elevado porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, como la grasa contenida en el pescado azul, los frutos secos, el aguacate y el aceite de oliva, pero siguen denominando "grasas malas” a las saturadas, como las contenidas en carnes, mantequilla y frutas como el coco. Esta grasa está presente en los productos lácteos, los que más se eligen en formato desnatado. Este tipo de grasas no tiene nada de malas, de hecho son beneficiosas y necesarias para nuestro organismo y por distintos motivos:

Las grasas saturadas juegan un papel de primordial en la salud de tu sistema cardiovascular. Por ello, las dietas bajas en grasas saturadas para prevenir enfermedades cardiovasculares no tienen mucho sentido.

Contribuyen a la salud de los huesos. Nuestro cuerpo necesita grasa saturada para fijar el calcio en los huesos. Por lo tanto, el boom de consumo de lácteos desnatados no tiene mucho sentido. Si los toleras y te gustan, toma queso y leche entera, incluso mantequilla.

Son buenas para la salud hormonal.

Mejoran la salud de tu hígado. Hay estudios que ponen de manifiesto que la grasa saturada protege el hígado de los efectos nocivos del alcohol y de medicamentos

No podemos olvidar que el cerebro es principalmente grasa saturada y colesterol, e incluso los ácidos grasos omega 3 tan adecuados para él, no pueden ser correctamente utilizados por tu cerebro en ausencia de grasa saturada.

¿Y cuáles son las verdaderas grasas malas?

Las de síntesis, es decir, los ácidos grasos hidrogenados de forma artificial o ácidos grasos trans. Para evitarlas simplemente evita los alimentos hiper procesados, en concreto la margarina, galletas, bollería, snacks a base de patata y cereales, muchos alimentos de comida rápida, pizzas envasadas, etc. Este tipo de productos no sólo contienen estos ácidos grasos nada recomendables sino que además aportan también azúcares refinados y otros ingredientes nocivos para tu salud.

Imagen de archivo de lácteos
Imagen de archivo de lácteos | iStock

Con respecto a este miedo a las grasas, el Britisth Medical Journal hizo una revisión sobre la evidencia que existía entre los años 1977 y 1983 para aconsejar dietas bajas en grasa cuya conclusión fue “Se hicieron recomendaciones nutricionales para millones de personas sin evidencia basada en ensayos clínicos“.

Este temor a las grasas generado por la industria para vendernos sus productos desnatados (que tienen más azúcar y aditivos para sustituirla, aunque tengan el reclamo de “saludables” o “light”), NO TIENE SENTIDO. Así que en tu cesta de la compra empieza a incluir sin miedo los alimentos en su versión no desnatada.

EJEMPLOS PRÁCTICOS PARA TU COMPRA:

Si solías comprar...

Yogur desnatados 0% materia grasa

Yogur bio 0%

Preparados lácteos desnatados

Queso fresco desnatado

Queso light

Queso ligero

Requesón 0%

Bebidas vegetales ligeras o desnatadas

Mejor elige...

Yogur natural

Yogur griego natural

Yogur de cabra sin azúcar

Kéfir sin azúcar

Queso fresco, tierno

Queso semicurado

Queso curado

Requesón

Bebida vegetal sin azúcar añadido

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