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ALIMENTACIÓN

¿Sabes cuándo parar de comer?

¿Cómo saber qué cantidad de comida deberías ingerir como máximo? Este sencillo ejercicio te dirá qué estás haciendo mal.

Comilona

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¿Cómo saber qué cantidad de comida es la más adecuada en cada momento? Vamos a descubrirlo un poco más realizando este sencillo ejercicio:

Lo más habitual es que pares de comer cuando…

• Cuando termino la ración que me he servido.

• Cuando termino toda la comida que he preparado o que me he llevado en el tupper.

• Cuando empiezo a sentir sensación de saciedad sin sentir una excesiva plenitud o incomodidad.

• Cuando siento que ya no me cabe nada más.

• Como siempre una cantidad prefijada de cada alimento: 150 g de pollo, 60 g de arroz, 30 g de pan, 200 g de merluza…

• Si es un tipo de alimento o comida que no me permito comer habitualmente, lo como en grandes cantidades.

Una vez identificadas las opciones más habituales, ¿cuál crees que debería ser el criterio para parar? ¿Coincide con la opción que habías elegido? Si la respuesta es no, qué factores crees que pueden influir en que no sea así?

Nacemos con autorregulación, ¿qué nos pasa luego?

Los bebés lo saben hacer muy bien. Manifiestan cuando tienen hambre y paran de comer cuando sienten que les llega la señal de saciedad. ¿Y cómo es posible que un bebé recién nacido sepa cuánto tiene que comer? Pues porque a nuestro cerebro llegan unas señales hormonales que le dan la orden de “come” o “para de comer” en función de cuándo se necesita comer y cuánto se necesita comer en cada momento. Cada persona tiene necesidades diferentes y cada día y cada comida es diferente. Los bebés nacen con esta autorregulación y lo hacen muy bien. Saben comer más cuando necesitan más y viceversa.

Comiendo dulces
Comiendo dulces | iStock

¿Pero qué ocurre en el resto de la infancia? Pues que empezamos a aprender a comer en base a otros factores externos que no son lo que el cuerpo nos pide: que lo correcto es terminarse todo el plato que otra persona nos ha servido, que tenemos que comer más cantidad de lo que el cuerpo nos pide porque sino nuestra familia se pone triste o se enfada, que no se puede comer si ya falta poco para la comida o ha pasado poco tiempo desde que hemos comido, que la comida puede ser un premio…

Pues de la misma manera que un bebé sabe autorregularse desde que nace, sucede exactamente después. Nada cambia. No debemos interferir en este proceso de autorregulación, sino sucederá lo que nos suele pasar en la vida adulta, que tenemos tal desconexión de nuestro propio cuerpo que ya no somos capaces de identificar cuándo llega esta señal de saciedad y paramos en base a otros factores. Pero si es tu caso…¡No está todo perdido!

Trucos para reconectar con tus señales de hambre y saciedad

1. Come muy despacio. Hay que dar tiempo para que la señal de saciedad llegue al cerebro. Date al menos 20 minutos para terminar la comida, sino, será imposible que aciertes con la cantidad que necesitas en ese momento.

2. Come sin distracciones: televisión, móvil… harán que comas en piloto automático y que no prestes atención a lo que estás haciendo: comer.

3. No te anticipes. Prueba a esperar a hacer tus ingestas a tener un poco de hambre. Ese es el momento de comer, cuando el cuerpo te lo empieza a pedir, no antes.

4. No esperes a tener un hambre urgente. Si desatiendes tus señales de hambre y esperas demasiado, se convertirá en hambre urgente, que te hará comer más rápido, más cantidad y preferir otro tipo de alimentos más copiosos.

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