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Te vas a llevar una alegría

Alimentos que puedes congelar (y no lo sabías)

No sabéis lo que tenéis en la cocina. Así os lo digo. Disponéis de una de las mejores técnicas que permiten ahorrar dinero, tiempo y espacio (en la nevera), si lo organizáis bien. Por supuesto hablo de la congelación.

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A veces utilizamos nuestro congelador como “papelera de transición” y guardáis allí lo que lleva varios días en la nevera. Con ello sólo conseguiréis sacarlo en peores condiciones de las que estaba, ocupará espacio y probablemente terminará en el mismo sitio que antes de congelar… pero más tarde. Es uno de los mayores errores que podemos cometer en alimentación y en nuestra economía. Planificadlo y veréis.

Hemos contado ya que con algunos productos no tenemos opción, no se pueden congelar. Un drama, ya lo sé. Pero no os preocupéis, hoy os contaré algunos alimentos que puede que no os hubierais planteado congelar y, alegría para hoy: sí se puede. Comencemos.

- El huevo: ni se os ocurra congelar huevos enteros con su cáscara. Lo que sí podéis hacer es congelar claras y yemas por separado. Si eso no os sirve, podéis congelarlo junto si lo batís primero. Eso sí, es imprescindible cocinarlo después de descongelarlo en la nevera y cocinarlo bien, nada de dejarlo medio crudo. No olvidéis que es un alimento de riesgo.

- Pizza: la típica pizza congelada de supermercado es uno de los ultra procesados que solemos almacenar en el congelador para esos días que no apetece hacer nada. Si queréis tener la misma comodidad, pero eligiendo la calidad y los ingredientes, podéis hacer la masa vosotros. La horneáis durante 10 minutos. Después, decoráis con lo que más os guste (incluso algunos podrían ponerle piña) y listo, a congelar. Es importante taparlo bien para que no se quemen los ingredientes.

- Masa de galletas: si habéis podido con la de pizza, la de galletas no iba a ser menos. Envolvedla bien y listo.

Huevos
Huevos | iStock

- Arroz: que sí, que podéis congelarlo. Veréis qué opción más buena cuando queráis hacer una ensalada rápida pero no tenéis tiempo. Para que quede bien debe estar cocido, frío y separado. Lo mejor es estirarlo en una bandeja, tardará muy poquito en congelarse y después ya podéis envasarlo en bolsas.

- Legumbres: hay que comer más legumbres. Hasta cuatro raciones a la semana, ahí es nada. Si no os apetecen las de conserva, echad 4 o 5 puñados más. Congelad lo que sobra con toda tranquilidad. Es mejor que evitéis la patata, quedará acorchada pero el resto será gloria bendita.

- Pan: ¿quién compra hoy el pan? Pues todos. Os encontráis con una barra más de las necesarias. Congelad el pan sobrante antes de que quede duro. Cuanta mejor calidad tenga, mejor textura tendrá al descongelar. Un truquito para descongelarlo es envolverlo en papel de cocina y unos segundos en el microondas.

- Patatas fritas: las de bolsa. Como consumís poco (muy poco) estos aperitivos sabréis que de una vez a otra pueden enranciarse. Para evitarlo, ponedlos en una bandeja (como el arroz) y cuando esté congelado, envasadlo en bolsas. ¡Queda bastante bien!

- Pimientos y cebollas: ponen los pimientos de oferta, te llevas varios. Normal. A los pocos días empiezan a quedarse “arrugaditos” en la nevera. El pimiento o la cebolla picados se pueden congelar incluso crudos. Queda mucho mejor si utilizáis la bandeja y posterior embolsado. Así evitáis que se peguen y se acumule agua.

- Berenjena o calabacín: con algunas hortalizas es necesario dar un escaldado previo. Primero se cortan y se introducen en agua hirviendo. Unos segundos después se parará la cocción sumergiéndolas en agua muy fría (ponedle cubitos de hielo), escurrir y envasar.

No me diréis que no hay opciones para ahorrar tiempo y dinero. Además, contribuiremos a disminuir el desperdicio de alimentos. Aprovechemos las ventajas del frío en nuestro beneficio.

Recordad descongelar siempre en la nevera o microondas. Nunca a temperatura ambiente. Es por vuestra seguridad.

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