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PRIMEROS AUXILIOS

Aprende a diferenciar una convulsión de un golpe en la cabeza

¿Sabrías distinguir qué es un convulsión y qué es un golpe en la cabeza? ¿Conoces cómo actuar en cada caso y hasta qué punto puede suponer un peligro para tu bebé? En el III Encuentro #ConectaConTuHijo, organizado por Guainfantil.com, se habló de todo ello.

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Aunque a veces pueden estar relacionados, convulsión y golpe en la cabeza no es lo mismo. Una convulsión es aquella situación en la que, de forma brusca, el niño empieza con movimientos musculares repetidos, anormales, acompañados, habitualmente, de pérdida de conciencia (no responde a la llamada o a estímulos).

En la infancia, la mayoría de las veces las convulsiones están desencadenadas por fiebre, y las llamamos convulsiones febriles. En otras ocasiones la causa puede ser alguna enfermedad, como la epilepsia, o más raramente, un fuerte traumatismo craneal.

Sea cual sea la causa, nuestra actuación durante la convulsión será la misma: mantener la calma y tumbar al niño de lado, sobre un costado (para que pueda respirar mejor) y lejos de objetos con los que pueda golpearse. No es necesario realizar respiración artificial, ni sacudir, golpear o detener los movimientos del niño, ni meterle los dedos en la boca, podría morderte sin querer. No te preocupes, no se “tragará” la lengua.

Cuando la convulsión termina, es conveniente que el niño sea valorado por un médico, sobre todo si es la primera vez que le pasa y no conocemos la causa. Acuda al centro de salud u hospital más cercano.

Los golpes en la cabeza son muy frecuentes durante la infancia y generalmente no tienen más consecuencias que un dolor pasajero en la zona. ¿Quién no recuerda algún chichón al caerse de la bicicleta, o tras chocarse con un amigo? En su mayoría no acarrean consecuencias relevantes, pero en ocasiones el traumatismo puede ser grave, especialmente en los más pequeños, y este es el verdadero problema de este tipo de accidentes.

La causa más frecuente son las caídas accidentales, desde un sitio elevado (cambiador, sillita, cuna…). Los siguientes en frecuencia son los que tienen lugar como consecuencia de los accidentes de tráfico, incluidas las caídas de la bici con los patines (especialmente peligrosas si no llevamos casco).

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