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Limpia tu cara de estos excesos

Consejos para hacer una limpieza facial casera

La cuesta de enero nos invita a idear nuevos métodos de ahorro. Es un mes difícil, en el que no solo sufre nuestra cartera. Probablemente también hemos engordado unos kilitos, nos faltan unas cuantas semanas para las próximas vacaciones y nos sentimos hechas unos zorros, porque nuestra piel también ha sufrido los excesos navideños casi tanto como nuestra línea.

Limpieza facial

Limpieza facialiStock

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La cantidad de grasas que hemos comido, además del desorden inherente a estas fechas, puede haber provocado la aparición de granitos y rojeces, mientras que el alcohol, del que solemos abusar, provoca deshidratación y empeora notablemente el aspecto de nuestro rostro. Por no hablar del tabaco, del que solemos abusar en estos días de fiestas y celebraciones, y que es uno de los peores enemigo de nuestro buen aspecto.

La conclusión es que nuestra piel necesita una puesta a punto de emergencia que no podemos permitirnos, de manera que no nos queda otra que ponernos manos a la obra y seguir una serie de pasos para dejarla como nueva, sana y luminosa, en un abrir y cerrar de ojos. Esta rutina facial te va a devolver a la vida sin necesidad de gastar demasiado y sin salir de tu casa. Solo tienes que seguir estos pasos.

Duerme bien

Antes de la rutina facial, es recomendable que dediques al menos un par de días a recuperar tus horas de sueño y, en el caso de que sea necesario, volver a ajustar los horarios si es que has tenido vacaciones y te toca empezar a trabajar. Haz una cura de sueño (si puede ser con siesta incluida), y cuando te sientas en forma será el momento de pasar a la acción.

Limpia bien el rostro

Retira cualquier resto de impurezas o maquillaje con agua y jabón (siempre que sea un jabón específico, poco agresivo), o con agua micelar (aplícala siempre siguiendo estos consejos). No olvides usar un producto específico para el contorno de los ojos, de manera que retires por completo cualquier resto de eye liner o rímel que pueda haber quedado. La piel del rostro tiene que quedar impoluta.

Aplica vapor y un peeling facial

A continuación procede a abrir los poros con vapor de forma casera. Solo tienes que hervir agua, a la que puedes aplicar unos aceites esenciales (el de lavanda te sentará estupendamente) y dejar actuar. Verás como no solo se abren los poros, sino que notarás tu piel más relajada. Una vez completado el baño de vapor, procede a eliminar con cuidado las espinillas o granitos que sean relativamente fáciles de retirar. No presiones demasiado y no te ensañes con los que están más incrustados, porque puede que al final acabes organizando una carnicería en tu rostro.

Limpieza de cutis
Limpieza de cutis | iStock

Exfolia bien la piel

El siguiente paso es aplicar una exfoliante suave, si la tienes, haciendo masajes circulares. Si no tienes ninguna a mano, no te preocupes: seguro que tienes azúcar y aceite de oliva que te servirán para la ocasión: mézclalos y aplícalos con suavidad sobre el rostro con movimientos circulares. Si en lugar de aceite de oliva tienes un aceite de argán o de rosa mosqueta, no lo dudes: no encontrarás mejor manera de exfoliar tu piel. Procura no depilarte el labio superior o las cejas, o eliminar cualquier vello facial, justo antes de este paso, ya que puede que el poro se irrite. Siempre es mucho mejor que te depiles bien el día de antes o el día después de la rutina.

Aplica una mascarilla

Una buena idea es aplicar una mascarilla casera a base de copos de avena y leche. Mezcla la avena en copos con leche, deja que los copos se hidraten y aplica en el rostro durante unos 15 minutos. También puedes optar por aplicar en la piel del rostro, especialmente en la zona de las ojeras, una infusión de manzanilla. Para acabar, puedes cerrar los poros con un tónico (que puede ser un té verde, cuyo efecto astringente notaremos enseguida) o elaborar un tónico casero a base de yogur, pepino y arcilla. Solo tienes que mezclar dos cucharadas de yogur, dos de arcilla y un trozo de pepino, batirlos con la batidora y aplicar generosamente en la piel del rostro, salvo el cortorno de ojos y labios. Deja actuar durante 20 minutos y retira con una esponja.

Por último ¡hidratación!

Acaba la rutina con la aplicación de tu crema hidratante habitual, adecuada a tu tipo de piel. No olvides que es fundamental no descuidar nunca la hidratación y el desmaquillaje, dos pasos que debemos seguir tanto por la mañana como por la noche, antes de acostarnos, si queremos mantener la piel joven, sana y luminosa. Si mantenemos la piel bien hidratada y tenemos un sueño reparador y una dieta equilibrada, bastarán pequeñas rutinas de belleza, como las que hemos señalado, para mantenerla siempre en buena forma sin necesidad de gastar millonadas en productos carísimos cuyos efectos jamás son los que se nos prometen.

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