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CUIDADOS INTENSIVOS

Cómo reparar la piel del rostro tras los daños del verano

La deshidratación y la hiperpigmentación (aparición de manchas) son los dos problemas más frecuentes que presenta la piel tras el verano. Para repararla correctamente, es importante seguir una rutina muy estricta y emplear productos específicos.

Mujer en la playa

Mujer en la playaEnvato

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Es frecuente que después de verano notemos la piel del rostro deshidratada y opaca, con más manchas y arrugas que antes del periodo estival. Esto se debe, sobre todo, a los efectos del sol sobre nuestra dermis, que acaban pasando factura incluso aunque hayamos sido cuidadosas, pero también a otros motivos que van desde "el cloro de las piscinas, los cambios bruscos de temperatura o una relajación en los hábitos de cuidado de la piel", explica Silvia Alonso Sotorrío, farmacéutica y vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Tenerife.

Tanto la deshidratación como la hiperpigmentación se presentan incluso en todas aquellas personas que emplean rigurosamente el protector solar y se cuidan del sol a conciencia. "A veces no nos ponemos la cantidad suficiente de fotoprotector, no lo reponemos a tiempo o no lo aplicamos en días nublados", señala Alonso, lo que puede dar lugar tanto a la aparición de manchas nuevas como a la intensificación de las ya existentes. "Son pocas las personas que no acuden a la farmacia con problemas de sequedad y manchas después del verano", continúa.

Para Alonso, lo ideal es instaurar una rutina de belleza completa que debemos seguir de manera estricta si queremos poner fin al cuadro de deshidratación que quien más quien menos experimenta tras el verano, y no relajar nunca algunos gestos que deberían ser básicos durante todo el año.

Protector solar
Protector solar | Envato

Utiliza el fotoprotector adecuado

"Las radiaciones solares se clasifican por su longitud de onda, de manera que cuanto menor sea la longitud más daño causan. Los ultravioletas son los más dañinos, siendo los ultravioletas B los que pueden provocar cáncer y quemaduras profundas, mientras que los A se asocian al daño de la piel a largo plazo, aunque también se han relacionado con algunos tipos de cáncer", explica Alonso. Por su parte, la luz visible produce deshidratación e hiperpigmentación, mientras que los infrarrojos son los que más penetran en la piel, llegando hasta la hipodermis, y provocan una reducción del colágeno y la elastina.

Por tanto, es fundamental "escoger siempre un fotoprotector de amplio espectro, que nos proteja de todas las tipologías de radiaciones solares", indica la experta, quien aconseja aplicarlo a diario en el rostro como parte de nuestra rutina de belleza, aunque no tengamos previsto exponernos al sol, y hacerlo durante todo el año. Alonso recuerda, además, que existen en el mercado productos específicos que protegen contra la llamada luz visible que emiten las pantallas, responsables de cuadros de deshidratación y manchas.

Mujer lavándose el rostro
Mujer lavándose el rostro | Envato

Una correcta higiene

El primer paso para iniciar una rutina de cuidado de la piel, que deberíamos seguir durante todo el año pero que es especialmente importante tras el verano, cuando queremos repararla de los daños causados, es una higiene rigurosa. Para ello, Alonso recomienda limpiar la piel por la mañana con una solución acuosa (un agua micelar, por ejemplo) y por la noche realizar siempre una doble limpieza. "Lo ideal es empezar con un producto de base oleosa, que se emulsiona con agua y garantiza una limpieza en profundidad. A continuación, es recomendable aplicar un producto de base acuosa adecuado a cada tipo de piel", continúa la experta en dermofarmacia.

Una buena exfoliación

Alonso recomienda exfoliar la piel una o dos veces por semana tanto durante como después del verano con el objetivo de retirar células muertas e impurezas. "Es habitual que cuando acaba el verano y se va retirando el bronceado la piel presente una tonalidad mate y opaca con un tono irregular", explica Alonso. Para remediarlo, nada mejor que exfoliar entre una y dos veces por semana con el objetivo de ir retirando poco a poco, sin dañar la piel, todas esas capas superficiales y recuperar el tono homogéneo y saludable.

"Existen tres tipos de exfoliantes: los físicos, que incluyen pequeñas partículas que se incorporan a la crema; los químicos, que actúan como renovadores; y los enzimáticos, que llevan enzimas que se activan con agua y eliminan con más facilidad las células muertas", señala la vocal del Colegio de Farmacéuticos de Tenerife.

Hidratación
Hidratación | Envato

Hidratación

Lo mejor para hidratar la piel correctamente es ponernos en manos de un especialista que nos recomiende productos específicos no solo para nuestro tipo de piel, sino también para cubrir las necesidades que más nos preocupan en cada momento. "En la actualidad los productos estrella son los que incluyen ácido hialurónico, que pueden ser cremas, sérums o mascarillas.

Si la piel deshidratada necesita líquidos se pueden incluir productos con ceramida", explica Alonso. Uno de los activos preferidos de la farmacéutica, con resultados contrastados, es el retinol, que conviene aplicar siempre bajo prescripción profesional para no dañar la piel. "Los retinoides deben introducirse siempre en concentraciones muy bajas y de forma pautada: un día sí y dos o tres no, por ejemplo, ya que la piel debe adaptarse progresivamente a ellos", explica.

Productos despigmentantes específicos

Es importante recordar que los productos que ayudan a eliminar las manchas no funcionan en el caso de todas las tipologías de manchas y, por otro lado, no van a tener resultados inmediatos, sino que tardaremos alrededor de tres meses en notar sus efectos. "Las manchas que se pueden tratar con productos despigmentantes son las llamadas manchas melánicas, que se deben a un aumento en la producción de melanina.

Son pecas, melasma o manchas postinflamatorias, que son las que se producen cuando se tiene acné", explica Alonso. Para ellas, existen activos específicos que ayudan a eliminarlas, desde el ácido celaico al tranexámico o la vitamina C, además de otros que sirven tanto para despigmentar como para prevenir el envejecimiento, como son los alfahidroxiácidos y los retinoides.

Las personas que emplean despigmentantes deben ser especialmente rigurosas con el fotoprotector, puesto que "de nada sirve que apliquemos un producto para retirar las manchas por la noche y estas se activen por la mañana si las exponemos al sol", afirma la farmacéutica. En el caso de otro tipo de hiperpigmentación, generalmente asociada a la edad y que no va a mejorar con productos específicos, lo mejor es ponernos en manos de un médico que valore el cuadro y prescriba otros tratamientos más allá de la cosmética.

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