Drogas
La emotiva carta de despedida de unos traficantes tras la muerte de un perro antidrogas
La carta de adiós al perro antidrogas fue escrita por personas que están en el ámbito del tráfico de estupefacientes en Italia.
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Rocky era un perro antidrogas al que unos traficantes han dedicado unas palabras escritas después de la noticia de su muerte. La carta comenzaba así: "Lo sentimos mucho. Seremos unos criminales, traficantes, delincuentes, pero incluso nosotros tenemos sentimientos". El perro pertenecía a la policía de Thiene, cerca de Vicenza, Italia, y había trabajado durante dos años con los agentes en la búsqueda de drogas.
Una torsión de estómago fue la causa de la muerte, un síndrome que es muy común en las razas caninas de tal medio-grande, lo que era Rocky, un pastor alemán. Los hechos ocurrieron en 2019, pero ahora se ha vuelto a viralizar la carta que los traficantes habían enviado.
"Su muerte nos duele incluso a nosotros"
En la carta que los traficantes le dedicaron a Rocky, el perro antidroga, especificaba que el perro no tiene ninguna culpa y que la muerte de él también les duele a ellos. "A lo mejor, ustedes policías pensaron que destapamos una botella de espuma para celebrar, pero no es así", escribieron.
Una de las cosas más destacadas de la carta es la firma que hicieron los traficantes, ya que junto a la nota había una bolsita de marihuana atada con celo. También se despidieron de los policías deseándole "buena caza", y le dieron un último adiós a Rocky.
Rocky era un ser muy querido
A pesar de que Rocky solo hubiera estado dos años con el cuerpo de Policía, se había convertido en todo un icono de la lucha contra las drogas, ya que había descubierto cientos de kilos de sustancias y había conducido a la detención de muchos traficantes.
A su muerte, la Policía también dejó un emotivo mensaje al perro, a quien le dijeron que era maravilloso y fantástico en su trabajo. Rocky había logrado éxitos que se habían hecho famosos.
Los policías cuentan algunas anécdotas de sus mejores momentos en la búsqueda de la droga, señalan que había muchos chicos que solo con sentir el nombre de Rocky, sacaban los porros de los bolsillos y que lo entregaran en silencio y temerosos de que el perro los descubriera.
El puesto que Rocky dejó vacante fue ocupado por Kamikaze, un pastor belga que prestó la Policía del Estado.
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