Volcán La Palma

El volcán Kilauea, un precedente para saber qué ocurrirá cuando la lava de Cumbre Vieja llegue al mar

El volcán Kilauea, en Hawai entró en erupción en diciembre de 2020. Cuando la lava llegó al océano Pacífico formó una gran nube de vapor de agua y ácido clorhídrico. Un antecedente de lo que ocurrirá cuando, finalmente, el magma del volcán de La Palma llegue al mar.

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Metro a metro, la inmensa colada de lava de 12 metros de altura del volcán de La Palma va ganando terreno en su camino hacia el mar. La velocidad se ha ralentizado de manera notable y los últimos cálculos de los expertos calculan que esa larga lengua de magma avanza 15 metros cada hora mientras atraviesa una zona más llana.

Este miércoles ha vuelto a dejar imágenes de largas filas de coches para rescatar sus pertenencias antes de que la lava procedente de la erupción de Cumbre Vieja lo devore todo. En esta ocasión, los afectados han sido los vecinos de Todoque que este pasado martes debían evacuar sus viviendas ante la llegada del muro de ceniza. Esa gran montaña negra sigue su paso y se encuentra a, apenas, 2 kilómetros del Atlántico.

Un precedente en el Kilauea

Los cálculos iniciales de la llegada al mar de la lava han quedado atrás. Inicialmente, las estimaciones de los expertos hablaban de que este fenómeno se produciría el lunes a última hora de la tarde, sin embargo, ese descenso de la velocidad llevó a posponer el momento en el que fuego y agua entren en contacto. Tal es así que, en estos momentos, nadie se atreva a hacer nuevos pronósticos.

Antes o después, esa llegada se producirá y el contraste entre las altas temperaturas del magma y el agua del mar hará brotar una gran nube de vapor de agua. Un ejemplo de lo que ocurrirá lo tenemos muy próximo en el tiempo, en diciembre del pasado año. Entonces, el volcán Kilauea, en Hawai, entró en erupción y la lava terminó llegando al Pacífico. Al entrar el contacto, tal y como se puede ver en las imágenes, se formó una nube, mezcla de vapor de agua y ácido clorhídrico, provocando explosiones. Junto a ello se emiten también otras pequeñas partículas que pueden provocar una lluvia ácida.

Sin embargo, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) descartó este pasado martes que, por el momento, se fuera replicar este último extremo en el caso de La Palma. Lo que sí parece más probable es que esa gran nube termine llegando a la Península en días posteriores a que el magma y el agua del océano interaccionen.

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