Encerrado en casa
La vida de Pepe Báez, el hombre con dos piernas amputadas que vive encerrado en un piso sin ascensor
Pepe Báez, de 53 años, tiene las dos piernas amputadas y vive en un piso de Fuensanta, en Córdoba, donde no hay ascensor, lo que le ha obligado a aprender a bajar las escaleras arrastrándose, pero necesita ayuda de dos personas para subirlas.
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En España hay casi 2 millones de personas que carecen de movilidad autónoma y que viven encerrados en un piso de cuatro paredes, pues sus viviendas no cuentan con un ascensor que puedan utilizar y que les facilite el desplazamiento de un piso a otro del edificio.
Es el caso de Pepe Báez, de 53 años, que hace seis años le amputaron una pierna, y el año pasado le amputaron la segunda. Como él, millones de personas se encuentran en la misma situación o parecida y que el salir a la calle se ha convertido en una completa y absoluta tragedia.
Prisionero de un piso sin ascensor
Pepe Báez lleva sin poder hacer una vida normal desde hace seis años. Con 53 años, su casa, que desde un primer momento fue su lugar de ensueño, se ha convertido en una pesadilla desde el día que le amputaronla primera pierna. De esta forma, su vida dio un giro radical, pero más aún hace un año, cuando tuvieron que amputarle la segunda pierna. Desde entonces, únicamente sale de su casa una vez a la semana.
"De la cama al salón, del salón a la cama, de la cama al ordenador y esa es mi vida. Eso no es vida", explica Pepe a Antena 3 Noticias. Para él, salir a la calle se ha convertido en una odisea. Es capaz de bajar las escaleras como puede, arrastrándose dentro de sus capacidades para hacerlo, pero a la hora de subir, lo tiene algo más complicado. Necesita ayuda para hacerlo, si no cuenta con la ayuda de dos personas, es incapaz de volver a su piso.
Vive con el objetivo de conseguir un ascensor que le permita desplazarse con facilidad y de esta forma, vivir una vida normal y frecuentemente deseada por Pepe desde hace ya un año. Cuenta con la ayuda de todos sus vecinos, que han pedido ya varias subvenciones, pero no llegan para cubrir los gastos de un ascensor.
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La desesperación crece en todos aquellos ciudadanos que se encuentran en la misma situación que este hombre cordobés. Similar, o incluso repetida es la historia en diferentes barrios donde muchas personas que apenas pueden moverse solas, por diferentes condiciones físicas que se lo impiden viven en una continua pesadilla debido a la ausencia de ascensores en sus edificios. En España, hay un total de 1,8 millones de personas que viven 'atrapados' en sus casas, que solo pueden salir a la calle si alguien les ayuda.
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