Daniel Sancho
La vida infernal en el interior de las cárceles de Tailandia, como la de Daniel Sancho
Presos hacinados en diminutas celdas, escasa comida, falta de higiene, violencia y grilletes, principales características de las prisiones tailandesas.
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90% de humedad, 35 grados de temperatura media a lo largo del día, celdas abarrotadas, escasa higiene y falta de servicios médicos básicos son algunas de las características de las prisiones en Tailandia. La comida que sirven los funcionarios de prisiones es escasa en nutrientes y la carencia de salubridad del agua se convierte en uno de los problemas más graves a los que los reclusos deben enfrentarse a diario. "Si puedes, debes consumir agua mineral en el supermercado de la cárcel porque si no lo haces puedes terminar padeciendo de graves problemas de salud", afirma Javier Casado, director de la fundación +34, una de las encargadas en dar apoyo a los 907 españoles encarcelados en las prisiones de 69 países alrededor del mundo.
Jornadas exigentes y descansos inhumanos
El día a día en las prisiones tailandesas son exigentes.
Si no se puede consumir agua mineral, tendrá importantes problemas de salud
Los reclusos se levantan muy temprano y se acuestan tarde. Están obligados a realizar las actividades de la prisión sin percibir por ello remuneración alguna y a la hora de dormir, lo tienen que hacer en el suelo, sin ningún tipo de colchón y en grupos de cuarenta reclusos por celda.
Respetar a los veteranos, clave para poder sobrevivir
Uno de los principales peligros para un preso recién llegado es no saber cuáles son las reglas que rigen en el día a día en el cárcel. Respetar al "jefe" de cada grupo es fundamental para poder sobrevivir sin tener que hacer frente a momentos difíciles. "Lo mejor es mantener un perfil bajo y huir de cualquier tipo de problema", asegura Casado.
A Daniel Sancho ya le ha dado tiempo a vivir muchas de estas experiencias en la cárcel tailandesa de Koph Samui, donde se mantiene hasta que llegue el momento del juicio por el presunto asesinato del médico colombiano Edwin Arrieta. El chef español es el último de los 907 españoles que se encuentran encarcelados en prisiones de 69 países en todo el mundo.
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