Las necesidades psicológicas de los afectados en el incendio de Valencia

Las víctimas del incendio del edificio de Valencia están realmente afectadas por lo sucedido, incluyendo todos aquellos operativos que participaron en los rescates y en la extinción del fuego. Algunos de ellos siguen en estado de shock, pensando que todo lo que ha pasado forma parte de un guion de una película de terror. Otros admiten que no les queda otra que aferrarse al sentimiento de gratitud de que están vivos.

Según explica el psicólogo Enric Valls, "el individuo pasa por varias etapas, la primera es un estado de shock, donde tiene que elaborar esa situación de shock que no se esperaba. A partir de allí, depende mucho de dos aspectos: la personalidad y los recursos internos que tenga la persona".

La recuperación del shock depende

"La culpa, la tristeza y la rabia son las emociones que pueden surgirles a las víctimas después de haber vivido un episodio como este. Además, preguntas sin respuesta que suelen aparecer de forma muy recurrente y decirse a sí mismos que tendrían que haber hecho las cosas de distinta manera en ese momento", asegura Valls.

"La primera pauta es conectar con la emoción, segundo es acompañar con escucha activa y tercero, realizar las preguntas de acompañamiento como ¿Qué es lo que necesitas? ¿Quieres que estemos aquí a tu lado? ¿quieres que nos marchemos?", recomienda el psicólogo.

Realizar una escucha activa y un acompañamiento es la recomendación

Dejar de ver las imágenes de lo sucedido es lo que recomienda la psicóloga María Jesús Álava, especialmente a los niños y personas sensibles.

La psicóloga María Jesús Álava aprovecha en la entrevista para reconocer a un colectivo olvidado, los niños. "Los niños en general y las personas especialmente sensibles y vulnerables emocionalmente, es recomendable que no vean las imágenes una y otra vez porque esto tiene un impacto, una secuencia sobre nuestra mente que es enorme y llega un momento que es como si lo volvieras a vivir y vuelves a sentir la misma angustia", afirma Álava.

"Tenemos que intentar cuidarnos y cuidarnos, a veces, es coger un poco de distancia y enfocarte en lo que tú puedes ayudar pero si no dejamos de escuchar constantemente lo que ha sucedido tiramos de angustia permanente, abrimos una herida que no deja de sangrar", asegura la psicóloga.

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