Vecinos del Casco Histórico de Ourense se sorprenden al encontrar sus fachadas pintadas

A veces, es peor el remedio que la enfermedad. El refranero español nunca defrauda. La realidad, tampoco. El ayuntamiento de Ourense ha materializado este dicho con una acción cuestionada por todos los partidos municipales y los propios vecinos de la ciudad. Con el fin de eliminar los grafitis que salpicaban diversas fachadas del casco histórico de la ciudad, el gobierno municipal ha decidido pintar los edificios.

¿El problema? Lo ha hecho sin avisar a los propietarios y con un material, una pintura plástica, que no es apta para esta zona protegida por Patrimonio.

Los primeros en denunciar lo que consideran “el enésimo disparate del gobierno municipal” ourensano ha sido el BNG. El partido de la oposición asegura que “se están utilizando personas que tienen que hacer trabajos de servicio a la comunidad para eliminar las pintadas de las fachadas del casco histórico, pero se están utilizando materiales contraindicados”.

Por su parte, los socialistas de la ciudad han “puesto en conocimiento en de la jefatura territorial de la Consellería de Cultura de Ourense esta cuestión” y solicitan “acceso urgente al expediente administrativo que sostiene el pintado de las fachadas de una zona BIC con pinturas plásticas en color salmón, prohibidas para exteriores”.

Sin embargo, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha defendido la actuación del ayuntamiento porque, asegura, que “hay que restituir las pintadas vandálicas de los grafiteros, se está intentando adecentar el casco viejo” y no entiende cómo los vecinos se molesten porque el ayuntamiento acometa una mejora en sus fachadas sin pedirles permiso. E insiste en que ”todo eso se hizo según la ley y está correcto”.

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