Nunca es mal momento para el amor y tampoco importa el lugar en el que se materialice. Eso es lo que pensó una pareja de Vigo, antes de darse el 'sí, quiero' en la habitación del hospital Povisa. Él, Pedro, permanece allí ingresado a causa de un cáncer de pulmón; y ella, María Luz, le acompaña en este trance y ahora también durante toda la vida.
La grave situación de salud que atraviesa Pedro les llevó a modificar el lugar del enlace pero no la fecha, mantuvieron su calendario y la jueza ofició la ceremonia a través del teléfono móvil. “Yo os declaro marido y mujer”, se escucha al otro lado a la magistrada. A partir de entonces, “muchas gracias”, con un leve hilo de voz por parte de él, una sonrisa bajo la mascarilla de ella, la emoción compartida y una vida juntos por delante.
En esta peculiar boda no faltaron las flores, ni los testigos, una oncóloga y una enfermera del centro hospitalario en el que tratan al ya marido. Tampoco la tarta, con la tradicional figura de los novios, y todo ello por cortesía del hospital que, además del nuevo hogar de la pareja, por unos minutos se convirtió en el mejor entorno para esta unión civil.
Ya casados, oficializada la ceremonia, ansían ahora poder volver a casa cuanto antes, una mejora de la salud de Pedro y que finalice la pandemia para poder celebrar, ya sin ningún tipo de restricción, este enlace.