La avalancha de inmigrantes en Canarias ha supuesto un problema grave en los últimos meses. Salvo para un matrimonio que regenta varios hoteles y restaurantes en el sur de Gran Canaria y que acogen a muchos de ellos.
No solo les ha permitido mantener abiertos sus establecimientos. Ahora sienten que todos forman una gran familia.
Un matrimonio decidió acoger inmigrantes para salvar a los 100 trabajadores que iban a mandar al ERTE. Al final, se han implicado personalmente con ellos. "Nos ha cambiado la vida conocer a unas personas que huyen del horror", asegura Calvin Luckock, propietario del hotel.
Uno de los inmigrantes nos cuenta que de pequeño vio como asesinaban a su padre y explica que en Mali la gente se mata en plena calle.
Son una gran familia
Otro de los africanos a los que ha ayudado este matrimonio asegura que cuando estaba en la patera no paraba de pensar que iba a morir pero al mismo tiempo sabía que no había otra salida. Los trabajadores del hotel les escuhan y les consuelan.
"Detrás de cada persona hay una historia", explica Carlos Saavedra, recepcionista del hotel. Una de las camareras del hotel, Pino Calderín, les entrega ropa que ellos mismos han recolectado.
"Hemos creado un lugar donde todos se sienten protegidos, no existen peleas ni destrozos de ningún tipo", asegura Matthew Summers, director comercial del hotel. Entre todos se llaman así mismo "una gran familia" y esperan que muy pronto puedan seguir su viaje hacia una vida mejor.