El hallazgo del cuerpo sin vida de Blanca Fernández Ochoa al filo del mediodía de este miércoles ha levantado varias incógnitas que se irán resolviendo a lo largo de las semanas, según avance la investigación.
Fue un agente de la guardia civil, el cual estaba fuera de servicio y era ajeno a las partidas de voluntarios de las labores de búsqueda, quien encontró el cadáver cerca del pico de La Peñota. Según fuentes policiales, el hombre estaba paseando a su perro por el lugar del hallazgo.
La zona se encontraba dentro de las 3.500 hectáreas delimitadas por los servicios de emergencia y que iban a ser rastreadas en busca de Blanca. El dispositivo de búsqueda, el mayor habido en la historia de la Comunidad de Madrid, se encontraba a tan solo unos kilómetros centrado en diferentes pozas de la sierra de Guadarrama.
En la tarde de este mismo miércoles, agentes y demás componentes del dispositivo se iban a desplazar hasta La Peñota después de la información proporcionada por un vecino de Cercedilla.
El residente aseguró haber visto a Blanca en esta misma localidad justo el día de su desaparición, 24 de agosto, y que ella misma le comentó que se dirigía al lugar donde días más tarde sería encontrado su cuerpo. Según su testimonio, la exesquiadora iba sin mochila y sin utensilios y antes se marcharse, se despidió de la estatua dedicada a su hermano.